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Antes de aproximadamente 1955-6, la suposición más popular sobre la edad de nuestra Tierra era de 3 a 3.400 millones de años. Todo estaba a punto de cambiar con la llegada del uso de radioisótopos en los procedimientos de datación.
Al comienzo del Documento 57 en el que se presenta la ruptura de un supercontinente y la deriva continental, hay otro fragmento de información notable. En este Documento se nos dice que el comienzo de nuestro sistema solar ocurrió hace 4.500 millones de años. Hasta mediados de la década de 1950 no existía ninguna evidencia firme que pudiera confirmar o negar tal afirmación, los creacionistas dieron un rango de unos seis mil años a la edad más favorecida de 3 a 3,4 mil millones y algunos cosmólogos llegaron a unos 6 mil millones. La primera datación radiométrica de material meteórico fue realizada en 1953 por C.C. Patterson, quien estudió los isótopos de plomo en el material de meteoritos condríticos. Sin embargo, este trabajo fue publicado en una revista oscura y con las palabras: «La edad mínima de la Tierra es de unos 4.500 millones de años y probablemente sea algo mayor.» En 1956, Patterson pensaba que había suficientes datos disponibles para afirmar el argumento de 4.500 millones de años.
El resultado indicó una edad de unos 4.500 millones de años, tal como figura en el Documento Urantia de 1934/5. Esta sigue siendo la edad aceptada en 2003 AD.
No hay absolutamente ninguna forma de que en 1955, las planchas de impresión de El Libro de Urantia (publicado en 1955) pudieran haber sido alteradas para acomodar el trabajo del Dr. Patterson. Para empezar, habría sido una tontería hacerlo, ya que no había certeza de que la datación de un meteorito condrítico diera la edad correcta para el sistema solar. En segundo lugar, la fabricación de una placa de impresión de metal era un negocio costoso y que requería mucho tiempo. Para El Libro de Urantia, cada placa circular se fundió de manera que se produjeran dieciséis páginas con cada giro de la prensa. Por último, en la década de 1950 un grupo considerable de personas estaba estudiando los Documentos y comprobando posibles errores tipográficos que pudieran corregirse en una impresión posterior. Habría sido imposible lograr tal cambio en secreto. En esta etapa de los procedimientos, cualquier intento de realizar cambios sustanciales en las planchas habría causado furor y habría sido bien conocido en todo el movimiento Urantia…
Los intelectos parciales, incompletos y evolutivos se encontrarían impotentes en el universo maestro, serían incapaces de formar el más mínimo modelo de pensamiento racional si no fuera porque todas las mentes, superiores o inferiores, tienen la capacidad innata de construir un marco universal dentro del cual poder pensar. Si la mente no puede sacar conclusiones, si no puede penetrar hasta los verdaderos orígenes, entonces dicha mente dará infaliblemente por sentadas las conclusiones y se inventará los orígenes a fin de poder tener un medio de pensamiento lógico dentro del marco de esos postulados creados por la mente. Aunque estos marcos universales para el pensamiento de las criaturas son indispensables para las operaciones intelectuales racionales, todos son erróneos en mayor o menor grado, sin ninguna excepción. (LU 115:1.1)