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Determinismo materialista: últimos ritos | Volumen 5 - No. 5 — Índice | El amanecer de la imaginación creativa: el alter ego |
El Libro de Urantia fue entregado al mundo en un momento en que los conceptos de materialismo y un universo determinado estaban en la cúspide de su influencia. La impiedad que acompaña al materialismo puede haber alcanzado su punto máximo en el tercer cuarto de siglo y tal vez ahora esté en declive. Pero en la primera mitad de nuestro siglo, muchas de las mentes realmente grandes, como la de Albert Einstein, por ejemplo, creían firmemente en un universo determinado, basando esa creencia en la inmutabilidad de funcionamiento de las leyes universales de la física.
«Dios no juega a los dados con nosotros», dijo Einstein, mientras se daba cuenta de que esa filosofía también significaba que incluso los peores de nuestros criminales no eran responsables de sus acciones porque hicieron lo que hicieron porque no podían hacer otra cosa. Los filósofos europeos en particular llevaron este tipo de pensamiento al límite, culminando en la conclusión de que este universo sin Dios y sin propósito es simplemente una broma absurda.
Entonces, ¿El Libro de Urantia siguió un universo determinado y un Dios que no juega a los dados, o se inclinó por el libre albedrío, la elección de acción y la indeterminación? Veamos lo que tiene que decir:
«La concesión de la personalidad a las criaturas les confiere una liberación relativa respecto a la reacción servil a la causalidad precedente, y la personalidad de todos estos seres morales, evolutivos u otros, está centrada en la personalidad del Padre Universal. Siempre es atraída hacia su presencia en el Paraíso por ese parentesco de existencia que constituye el inmenso círculo familiar universal y el circuito fraternal del Dios eterno. Existe un parentesco de espontaneidad divina en toda personalidad.» (LU 5:6.9)
«El Paraíso es el arquetipo de la infinidad; el Dios de Acción es el activador de ese arquetipo. El Paraíso es el punto de apoyo material de la infinidad; los agentes de la Fuente-Centro Tercera son las palancas inteligentes que motivan el nivel material e inyectan la espontaneidad en el mecanismo de la creación física.» (LU 9:3.8)
«El circuito de la gravedad mental es fiable; emana de la Tercera Persona de la Deidad del Paraíso, pero no toda la función observable de la mente es previsible. Paralelamente a este circuito mental, en toda la creación conocida existe una presencia poco comprendida cuya función no es previsible. Creemos que esta imprevisibilidad se puede atribuir en parte a la función del Absoluto Universal. No sabemos en qué consiste esta función; sólo podemos conjeturar qué es lo que la pone en movimiento; y en lo que concierne a su relación con las criaturas, sólo podemos especular.» (LU 9:6.8)
«Algunas fases de la imprevisibilidad de la mente finita pueden deberse al estado incompleto del Ser Supremo, y existe una extensa zona de actividad donde el Actor Conjunto y el Absoluto Universal quizás pueden ser tangentes. Hay muchas cosas que se desconocen acerca de la mente, pero estamos seguros de esto: el Espíritu Infinito es la expresión perfecta de la mente del Creador para todas las criaturas; el Ser Supremo es la expresión evolutiva de las mentes de todas las criaturas para su Creador.» (LU 9:6.9)
«Comprobamos que el supercontrol de la Supremacía no es totalmente previsible. Además, esta imprevisibilidad parece estar caracterizada por cierto estado incompleto de desarrollo, sin duda una marca distintiva del estado incompleto del Supremo y de la reacción finita incompleta a la Trinidad del Paraíso.» (LU 10:7.4)
«Cada vez que examinéis los fenómenos universales, aseguraos de que tomáis en consideración la interrelación de las energías físicas, intelectuales y espirituales, y de que tenéis debidamente en cuenta los fenómenos inesperados que aparecen a causa de su unificación por medio de la personalidad, y los fenómenos imprevisibles producidos por las acciones y reacciones de la Deidad experiencial y de los Absolutos.» (LU 12:6.4)
«El universo sólo es muy previsible en el sentido cuantitativo o de medición de la gravedad; incluso las fuerzas físicas fundamentales no responden a la gravedad lineal, ni tampoco lo hacen los significados mentales superiores ni los verdaderos valores espirituales de las realidades últimas del universo. Cualitativamente, el universo no es muy previsible en cuanto a las nuevas asociaciones de fuerzas, ya sean físicas, mentales o espirituales, aunque muchas de estas combinaciones de energías o de fuerzas se vuelven parcialmente previsibles cuando son sometidas a una observación crítica. Cuando la materia, la mente y el espíritu están unificados por la personalidad de una criatura, somos incapaces de predecir plenamente las decisiones de ese ser dotado de libre albedrío.» (LU 12:6.5)
«Todas las fases de la fuerza primordial, del espíritu naciente y de otras ultimidades no personales parecen reaccionar de acuerdo con ciertas leyes relativamente estables pero desconocidas, y están caracterizadas por una amplitud de actuación y una flexibilidad de reacción que son a menudo desconcertantes cuando se las encuentra en los fenómenos de una situación circunscrita y aislada. ¿Cuál es la explicación de que estas realidades universales emergentes revelen esta imprevisible libertad de reacción? Estos sucesos imprevisibles, desconocidos e insondables —ya se trate del comportamiento de una unidad primordial de fuerza, de la reacción de un nivel mental no identificado, o del fenómeno de un inmenso preuniverso en potencia en los dominios del espacio exterior —revelan probablemente las actividades del Último y las actuaciones de la presencia de los Absolutos, que son anteriores a la actividad de todos los Creadores universales.» (LU 12:6.6)
«Cuanto más nos alejamos, con más certeza encontramos esos fenómenos variables e imprevisibles que caracterizan tan infaliblemente las actividades y la presencia insondables de los Absolutos y de las Deidades experienciales. Y estos fenómenos deben indicar algún tipo de supercontrol universal de todas las cosas.» (LU 15:8.9)
Los centros y los controladores del poder sólo ejercen un perfecto control sobre siete de las diez formas de energía contenidas en cada corriente básica universal; aquellas formas que están total o parcialmente libres de su control deben representar los reinos imprevisibles de la manifestación de la energía dominados por el Absoluto Incalificado. Si ejercen una influencia sobre las fuerzas primordiales de este Absoluto, no conocemos estas funciones, aunque existe alguna pequeña prueba que justificaría la opinión de que algunos controladores físicos reaccionan a veces de manera automática a ciertos impulsos del Absoluto Universal. (LU 29:3.11)
«El espacio interelectrónico de un átomo no está vacío. En todo el átomo, este espacio interelectrónico está activado por manifestaciones ondulatorias que están perfectamente sincronizadas con la velocidad electrónica y con las rotaciones ultimatónicas. Vuestras leyes reconocidas sobre la atracción positiva y negativa no dominan totalmente esta fuerza; por lo tanto, su comportamiento es a veces imprevisible. Esta influencia innominada parece ser una reacción del Absoluto Incalificado ante la fuerza espacial.» (LU 42:8.2)
«Puesto que la mente coordina el universo, la fijeza de los mecanismos no existe. El fenómeno de la evolución progresiva, asociado con el automantenimiento cósmico, es universal. La capacidad evolutiva del universo es inagotable en la infinidad de la espontaneidad. El progreso hacia una unidad armoniosa, una síntesis experiencial creciente superpuesta a una complejidad de relaciones cada vez mayor, sólo podía efectuarla una mente intencional y dominante.» (LU 42:11.7)
«El hecho del mecanismo absoluto del Paraíso en el centro del universo de universos, en presencia de la volición incondicionada de la Fuente-Centro Segunda, asegura para siempre que los determinantes no son la ley exclusiva del cosmos. El materialismo está ahí, pero no es exclusivo; el mecanismo está ahí, pero no es incondicionado; el determinismo está ahí, pero no está solo.» (LU 195:6.14)
«El universo finito de la materia se volvería finalmente uniforme y determinista si no fuera por la presencia combinada de la mente y el espíritu. La influencia de la mente cósmica inyecta constantemente espontaneidad incluso en los mundos materiales.» (LU 195:6.15)
Nuestras citas de El Libro de Urantia son bastante concluyentes acerca de los roles fundamentales de la espontaneidad y la imprevisibilidad en los universos finitos. Las fuentes pueden ser la Deidad, la Deidad experiencial, los Absolutos, hasta los seres creados, incluidos los humanos, una necesidad si queremos estar dotados de la capacidad de pensar y elegir por nosotros mismos.
El diseño precede a la creación. (LU 2:7.5)
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