© 2003 Ken Glasziou
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«El gran desafío para el hombre moderno consiste en conseguir una mejor comunicación con el Monitor divino que reside en la mente humana.» (LU 196:3.34)
Cuando aprenden a utilizar el lenguaje por primera vez, muchos niños son propensos a pensar en voz alta, a expresar sus pensamientos con palabras, incluso si nadie está presente para escucharlos. Y con el amanecer de la imaginación creativa del niño, muestra una tendencia a conversar con compañeros imaginarios. (LU 91:3.1)
De esta manera, un ego en ciernes busca tener comunión con un alter ego ficticio. Mediante esta técnica, el niño aprende pronto a convertir sus conversaciones de monólogo en pseudodiálogos en los que este alter ego responde a los pensamientos y deseos originales del niño. Gran parte del pensamiento adulto se lleva a cabo mentalmente en esta misma forma conversacional.
Como las hojas de los árboles se encuentra la raza del hombre,
Ahora verde en la juventud, ahora con’ring en el suelo,
Otra carrera los siguientes suministros de primavera,
Caen sucesivamente, y sucesivas suben.
Homero
La inteligencia es la rapidez para aprehender, a diferencia de la habilidad, que es la capacidad de actuar sabiamente sobre la cosa aprehendida.
AN Whitehead
Una forma primitiva de oración era muy parecida a las recitaciones semimágicas de nuestros antepasados anteriores, que eran oraciones que en realidad no estaban dirigidas a nadie en particular. Tales técnicas de oración tendieron a evolucionar hacia un tipo de comunicación de diálogo paralelamente con el surgimiento del concepto alter ego.
Tal como fue concebido por generaciones sucesivas de mortales que oraban, el alter ego evolucionó a través de fantasmas, fetiches y espíritus hasta convertirse en dioses politeístas y, finalmente, en el Dios Único, un ser divino que encarna los ideales más elevados y las aspiraciones más elevadas del ego orante.
Y así funcionó la oración como un medio muy potente para la conservación de los más altos valores e ideales de los que oran.
La oración iluminada tiene su mayor potencial para hacer avanzar la espiritualidad de la humanidad cuando reconoce no solo a un Dios externo sino también una Presencia divina interna funcional en el individuo.
Ciertamente, cuando oramos, debemos esforzarnos por captar el concepto del Padre Universal en el Paraíso. Pero para que el individuo también capte la realidad del Padre-Espíritu que mora en él de manera personal, la experiencia indica que el arma más efectiva es volver al concepto de un alter ego cercano, tal como la mente infantil tiende a hacer.
Habiendo captado su valor en nuestras mentes, la experiencia también ha demostrado la extraordinaria rapidez con la que este concepto de alter ego puede hacernos avanzar desde un punto inicial como mera ficción hasta la realidad de experimentar la Presencia de Dios que mora en nosotros, una Presencia real, genuina y divina con quien estamos en una relación personal, pero que sigue siendo la esencia misma del Dios viviente, el Padre Universal.
Y así, el comportamiento instintivo infantil puede evolucionar naturalmente desde un juego desarrollado en la imaginación infantil hasta un diálogo real entre la mente mortal madura y la Divinidad que mora en nosotros.
La simple oración de fe evidencia una poderosa evolución en la experiencia humana por la cual las antiguas conversaciones con el simbolismo del alter ego de la religión primitiva se exaltan al nivel de comunión con el espíritu del Infinito y a la conciencia genuina de la realidad del Infinito. Dios eterno y Padre del Paraíso de toda creación inteligente.
La oración siempre ha sido y siempre será una doble experiencia humana: un procedimiento psicológico entrelazado con una técnica espiritual. Estas dos funciones de la oración nunca pueden separarse por completo. Pero la oración nunca debe ser tan prostituida como para convertirse en un sustituto de la acción. Toda oración ética es un estímulo para la acción y una guía para el esfuerzo progresivo por metas idealistas de logro trascendente.
¿Quién es más rico, el que tiene mucho y quiere más, o el que tiene poco y quiere menos?
El arte es la imposición de un patrón sobre la experiencia, y nuestro disfrute estético es el reconocimiento del patrón.
AN Whitehead
Cuando la oración no busca nada para el que ora ni nada para sus semejantes, entonces tales actitudes del alma tienden a los niveles de la verdadera adoración.
Aparte de todo lo que supone el yo superior en la experiencia de la oración, se debe recordar que la oración ética es una manera magnífica de elevar el propio ego y de reforzar el yo con vistas a una vida mejor y a unas consecuciones más elevadas. La oración induce al ego humano a buscar asistencia en dos direcciones: ayuda material en el depósito subconsciente de la experiencia humana, e inspiración y guía en las fronteras superconscientes donde lo material se pone en contacto con lo espiritual, con el Monitor de Misterio. (de LU 91:3.5)