© 1998 Ken Glasziou
© 1998 The Brotherhood of Man Library
Si la fe de la criatura fuera perfecta, sabría con seguridad que habiendo visto a un Hijo Creador ha visto al Padre Universal; al buscar al Padre, no pediría ni esperaría ver otra cosa que al Hijo. El hombre mortal no puede simplemente ver a Dios hasta que no lleve a cabo una transformación espiritual completa y alcance realmente el Paraíso. (LU 1:5.5)
«La naturaleza de los Hijos Creadores Paradisiacos no abarca todos los potenciales incalificados de la absolutidad universal de la naturaleza infinita de la Gran Fuente-Centro Primera, pero el Padre Universal está divinamente presente de todas las maneras en los Hijos Creadores. El Padre y sus Hijos son una sola cosa. Estos Hijos Paradisiacos de la orden de los Migueles son unas personalidades perfectas, e incluso el modelo para todas las personalidades del universo local, desde la Radiante Estrella Matutina hasta las criaturas humanas más humildes de la evolución animal progresiva.» (LU 1:5.6)
La naturaleza de Dios se puede comprender mejor mediante la revelación del Padre que Miguel de Nebadon desarrolló en sus múltiples enseñanzas y en su magnífica vida humana en la carne. El hombre también puede comprender mejor la naturaleza divina si se considera a sí mismo como un hijo de Dios y aprecia al Creador Paradisiaco como un verdadero Padre espiritual. (LU 2:0.1)
«La naturaleza de Dios puede ser estudiada en una revelación de ideas supremas, el carácter divino puede ser contemplado como una descripción de ideales celestiales, pero de todas las revelaciones de la naturaleza divina, la más instructiva y la más espiritualmente edificante ha de buscarse en la comprensión de la vida religiosa de Jesús de Nazaret.» (LU 2:0.2)
«El Gobernante eterno e infinito del universo de universos es poder, forma, energía, proceso, arquetipo, principio, presencia y realidad idealizada. Pero es mucho más: es personal; ejerce una voluntad soberana, experimenta la conciencia de su divinidad, ejecuta los mandatos de una mente creadora, persigue la satisfacción de realizar un proyecto eterno, y manifiesta el amor y el afecto de un Padre por sus hijos del universo. Todas estas características más personales del Padre se comprenden mejor observándolas tal como fueron reveladas en la vida de donación de Miguel, vuestro Hijo Creador, cuando estuvo encarnado en Urantia.» (LU 3:6.7)
«Cuando estudiéis la vida religiosa de Jesús, consideradlo de manera positiva. No penséis tanto en que estaba libre de pecado, sino en su rectitud, en su servicio amoroso. Jesús elevó el amor pasivo, revelado en el concepto hebreo del Padre celestial, hasta el afecto activo superior, amoroso por sus criaturas, de un Dios que es el Padre de todos los individuos, incluso de los malhechores.» (LU 5:4.15)
««Sin embargo, os hago saber que el Padre y yo somos uno. El que me ha visto a mí, ha visto al Padre. Mi Padre trabaja conmigo en todas estas cosas, y nunca me dejará solo en mi misión, como yo nunca os abandonaré cuando dentro de poco salgáis a proclamar este evangelio por todo el mundo».» (LU 157:6.13)
Dedica tu vida a demostrar que el amor es la cosa más grande del mundo. (LU 192:2.1)