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Un panorama personal, segunda parte | Luz y Vida — Núm. 3 — Diciembre 2005 — Índice | Encuentro del 14 de mayo de 1999 en Dakar (Senegal), segunda parte |
De varios autores
Una gran empresa multinacional puso en su día una delegación en Sevilla, y nombraron a un Delegado. Al cabo de cierto tiempo, dicho Delegado se pasó a la competencia, y los jefes de arriba, con toda lógica, lo despidieron.
Posteriormente enviaron a otro Delegado, que tampoco duró mucho tiempo en el puesto, pues no siguió estrictamente las órdenes que traía de la Dirección Central.
La pregunta que me planteo desde hace algún tiempo, sin contestación, es la siguiente:
Desearía sinceramente que, si alguno de ustedes sabe la respuesta, tenga la bondad de decírmela. Gracias de antemano.
No había pensado nunca en ese asunto, así que estos días, entre lío y lío, le he estado dando vueltas. Y, la verdad, no se me ocurre la razón.
Parece que es algo general, al menos en este universo de Nebadon, ya que en el documento 72 «El Gobierno de un Planeta Vecino» se nos dice que su príncipe también se rebeló y sus hijos materiales también fallaron, y se da a entender (al menos eso he entendido yo) que no han sido sustituidos.
Por otra parte parece también que hay una cierta posición o status residencial del príncipe en su planeta de destino, puesto que Caligastia y Daligastia siguen (incluso hoy mismo) residiendo con nosotros en Urantia. Recuerdo también que he interpretado leyendo el Libro, que todos los seres de la creación (incluida la Primera Fuente y Centro) tienen su residencia (su dirección postal) siempre en alguna esfera, viajen lo que viajen, y aunque la esfera no sea siempre la misma. ¿Excluye esto la posibilidad de tener un segundo príncipe con condición de residente? De hecho Miguel de Nebadon es el príncipe de Urantia, y Maquiventa el vicepríncipe, pero ninguno de los dos residen aquí. Cuando se acabe el juicio de «Gabriel contra Lucifer», y si la sentencia para Caligastia y Daligastia es que sea «como si nunca hubieran sido», ¿vendrá Maquiventa a ejercer las funciones de príncipe, ya que Caligastia no «será»?.
Con los hijos materiales quizá haya alguna razón genética: una vez que se han mezclado con las razas del planeta, puede que no sea posible introducir una carga genética diferente. Por otra parte, la descendencia de linaje puro de nuestro Adán y Eva que fue sacada del planeta (LU 75:6.3), está ahora en Edentia bajo la custodia de los Altísimos. Y creo recordar haber leído en algún lugar del Libro que quizá estén destinados a volver a Urantia en las épocas de luz y vida. Todo ello me hace pensar que estas asignaciones de destino son definitivas y excluyentes, aunque no sabría decir por qué.
«Estoy sobre pascuas» esperando las ideas de los demás.
PD. Que haya «mundos duros» (desde luego si hay un infierno, estamos en él) parece algo previsto también en el plan del Gran Jefe. Parece que hacen falta seres con todo tipo de antecedentes experienciales, y nosotros (y muchos otros) aportaremos (?) en nuestras próximas vidas (si las tenemos, que espero que sî) esa experiencia de vivir en medio de problemas, de creer sinver, perseverar en el aislamiento y triunfar ante dificultades insuperables. (LU 50:7.1-2). Eduardo dice que a nosotros, futuros agondonteros, cuando despertemos tras nuestra primera repersonalización, nos esperarán con la «banda de música» por esos (supuestos) méritos. Los nuestros algunos menos (como sigue diciendo Eduardo), pues al fin y al cabo hemos leído el Libro.
Para intentar entender por qué las personalidades que se unieron a la rebelión no fueron sustituidas por otras leales del mismo tipo de personalidades, he vuelto a leer aquellos documentos que hablan sobre la rebelión de Lucifer y sobre la falta de Adán y Eva.
En el documento 53 los reveladores nos dicen que en Satania fueron 37 los Príncipes Planetarios que se unieron a la rebelión (LU 53:7.1). No sabemos qué sucedió con los otros 36, pero sí nos dicen que Caligastia fue sustituido, no por un Lanonandek secundario sino por Maquiventa Melquisedek en calidad de Príncipe Planetario vicegerente (LU 53:9.4). En el documento 35, que es el que trata más extensamente sobre esta orden, ya se dice que los Melquisedeks pueden realizar múltiples funciones, son los «todo terreno» de los universos locales (LU 35:4.2). Como se diría vulgarmente, «valen igual para un roto que para un descosido».
La rebelión es un hecho excepcional que requiere medidas excepcionales. En LU 53:9.4 nos dice: «…la apertura del caso de Gabriel contra Lucifer ha señalado el comienzo de unos regímenes planetarios temporales en todos los mundos aislados».
Según interpreto de la lectura de los documentos 53 y 54, la sustitución de los gobernantes caídos por otros de su misma orden e intentar volver a la normalidad como si nada hubiera sucedido, habría sido cerrar en falso la rebelión, hubiera ido en contra de nuestro libre albedrío. No sólo de los mortales «de a pie», sino de otros seres superhumanos. Cada ser volitivo debía decidir ejerciendo su libre albedrío si se adhería a la rebelión o si la rechazaba, nadie podía tomar esa decisión por él, ya fuera rebelde o aliado. Además, para aquellos que se sumaron a la rebelión, la misericordia debía dar un tiempo prudencial para que reconsideraran su postura y se arrepintieran (LU 54:4.3).
Claro que también se me podría decir que a Lucifer sí se le sustituyó por Lanaforge, un Lanonandek primario de su misma orden. Lo primero que se me ocurre es que los Soberanos de los Sistemas están un peldaño por encima, aparte de que Jerusem no es ni físicamente ni funcionalmente como un mundo habitado, y la diversidad de seres que residen allí es obviamente mucho mayor que en mundos como el nuestro.
Aquí viene a cuento mencionar que, en el documento 35, donde aparte de los Melquisedeks se habla también de los Hijos Lanonandek, se dice que los Hijos de esta orden que se descarrían pueden volver a ser rehabilitados, pero nunca vuelven a los puestos de responsabilidad que tenían cuando cometieron la falta (LU 35:9.10).
Lo primero que nos puede venir a la cabeza cuando leemos sobre la rebelión de Lucifer es lamentarnos por nuestra mala suerte, pues «pagamos el pato» de las faltas cometidas por otros. El pecado aquí no vino de los pobres y primitivos seres humanos que por aquel entonces poblaban la Tierra, sino de las altas instancias del planeta. Entonces, ¿por qué parece que tenemos que pagar las consecuencias con el aislamiento? ¿Por qué tenemos que vernos privados de la presencia de un Hijo e Hija Materiales?
En LU 54:6.4 se nos dice al respecto que, siempre que suframos las consecuencias de los pecados de otros, esas tribulaciones serán transitorias. Es más: no sólo no ponen en peligro nuestras perspectivas eternas de ascender, sino que siempre tienen recompensa, como por ejemplo la de llegar a ser Mensajeros Poderosos.
Está claro que, a estas alturas de nuestra evolución espiritual, estamos muy lejos de comprender todas las razones, razones que no comprenderemos totalmente hasta que no tengamos una mayor capacidad experiencial y consigamos mayor perspicacia espiritual, como bien nos señala el Mensajero Poderoso que se encarga de revelar el documento 54, en el último párrafo de LU 54:6.10. En el documento 67, donde se trata la rebelión de Lucifer tal y como se vivió en nuestro planeta, se nos dice que llegó un Altísimo de Edentia con los Melquisedeks de emergencia para asumir la autoridad en Urantia (LU 67:3.10). En LU 67:4.7 dice que aquellos seres que se sumaron a la rebelión pero que se arrepintieron serán rehabilitados y reintegrados a cualquier fase del servicio del universo, pero entiendo que no desempeñarán el mismo cargo ni ocupación.
En este párrafo queda muy claro que el gobierno del planeta tras la caída de Caligastia fue realmente atípico:
Los asuntos de Urantia fueron administrados durante mucho tiempo por un consejo de síndicos planetarios, doce Melquisedeks confirmados por orden del gobernante decano de la constelación, el Altísimo Padre de Norlatiadek. Un consejo asesor estaba asociado con los síndicos Melquisedeks, y se componia de: uno de los asistentes leales del Príncipe caído, los dos Portadores de Vida residentes, un Hijo Trinitizado en fase de aprendizaje, un Hijo Instructor voluntario, una Brillante Estrella Vespertina de Avalon (que venía periódicamente), los jefes de los serafines y los querubines, unos consejeros procedentes de dos planetas vecinos, el director general de la vida angélica subordinada y Van, el comandante en jefe de las criaturas intermedias. Urantia fue gobernada y administrada de esta manera hasta la llegada de Adán. No es de extrañar que al valiente y leal Van se le asignara una plaza en el consejo de los sindicos planetarios que administraron durante tanto tiempo los asuntos de Urantia. LU 67:6.5
Después del caos en el que se sumió Urantia tras la caída de Caligastia, difícilmente hubieran podido seguir con el plan previsto para un planeta normal gobernado por un Príncipe Planetario leal. Está claro que el gobierno debía ser diferente.
En LU 67:7.2 se nos dice que las consecuencias internas del pecado competen al pecador y al Padre, pero las consecuencias externas atañen a todas las criaturas que ejercen su actividad dentro se la zona afectada por esos acontecimientos. Los efectos del pecado no son nunca puramente locales. Debemos entender la administración del universo como un organismo, donde la condición de una personalidad debe compartirse hasta cierto punto por todos. O sea, que si en Jerusem se estornuda, en Edentia se resfrían.
Pasemos ahora a considerar a nuestros Adán y Eva, más concretamente el documento 75. Tras su falta, los síndicos Melquisedek que se habían marchado del planeta poco después de la llegada de Adán y Eva volvieron para retomar los asuntos del mundo. A pesar de haber cometido falta, nuestros Adán y Eva no fueron acusados de rebelión, lo cual significaba que el camino para la supervivencia seguía abierto para ellos, si bien de forma diferente a la que se puede esperar de un Hijo Material «típico». A partir de entonces corrieron la misma suerte que los mortales del planeta: esto es, pasar por la muerte física y por la carrera ascendente mortal.
También aquí, como en el caso del Príncipe Planetario, haber traído a otra pareja de Hijos Materiales a desfacer los entuertos provocados por los anteriores hubiera ido en contra del progreso evolutivo del planeta, contra el libre albedrío de los seres volitivos que lo habitan. Los Adanes vienen a un mundo habitado a una misión muy concreta, que es la de elevar biológicamente a las razas. Supongo que una tarea tan delicada como ésta no podría retomarse por otra pareja de Adanes como si nada hubiera sucedido. Hay que dejar que los acontecimientos sigan su curso.
En el documento 55, el que trata sobre las esferas de luz y vida, se dice que el (lejano) día que Urantia llegue a alcanzar ese estado, vendrán dos Hijos descendientes de los Adán y Eva «descarriados» a asumir el papel de Hijos Materiales (LU 55:7.3). Para entonces la humanidad urantiana se habrá ganado la luz y vida sin intervenciones exteriores, debido a méritos propios.
El desarrollo de los mundos y de los sistemas es un proyecto a largo plazo, se inicia con la premisa del libre albedrío de los mortales y de los demás seres.
Cuando un ser se equivoca, no se le puede sustituir sin más, sería equivalente a impedir que nosotros nos equivocáramos. El disponer de libre albedrío implica tomar decisiones y ser consecuentes con las mismas; cuanto más alto estás en la «escala» evolutiva, más repercusiones tendrá sobre ti y sobre los que de ti dependen, pero la perfección se ha de buscar no por imposición de criterio, sino por búsqueda y convencimiento personal (aunque esté equivocado). Si cuando uno con gran responsabilidad lo hace mal, aunque llegue a ser conscientemente (peque), la única manera de demostrarle su error es permitir que los acontecimientos sigan su curso, para que sea consciente de lo que ocurre, incluso puede servir de aprendizaje para otros.
Esto que a priori parecería «injusto» para las criaturas baja la responsabilidad de los equivocados, nos podemos dar cuenta que sólo lo parece cuando lo medimos con la escala del tiempo durante la que suceden los acontecimientos, con la perspectiva de una cantidad suficiente de tiempo, podemos ver que las tribulaciones te enseñaron más de lo que te perjudicaron, puesto que a este lado del Universo todo tiene dos caras. Es decir, lo que te perjudica por un lado redunda en tu propio beneficio por otro; lo que pasa es que si lo observas inmerso en la época en la que tienes tribulaciones, te parece muy injusto y desproporcionado.
¿Qué diferencia habría entre buscar un modelo sin posibilidad de pecar, o errar, o el hecho de sustituir a un dirigente que se vuelve contra los intereses de su patrón?
Si se hubiera hecho una sustitución inmediata, ¿cómo se le podría haber demostrado a los equivocados que lo estaban?
Sería una forma de erradicar la traición a la fuerza, iría en contra del libre albedrío de muchos seres…
Muchísimas gracias por haberos estrujado bien los cascos para tratar de darle una respuesta al interrogante sobre «Los Sustitutos». Según deduzco, NO parece estar previsto, en la política del Universo, sustituir a las Personalidades que fallan en los mundos habitados, por otras de su mismo rango, con el fin de continuar con la labor interrumpida en beneficio de los humanos primitivos e ignorantes de esos mundos.
Pareciera ser que la regla universal es: «No hay mal que por bien no venga», pues:
(Comentario para Carmelo): Es posible que con los Hijos Materiales quizás haya una razón genética, una vez que se han mezclado con las razas del planeta. Pero es que aquí aún NO se habían mezclado…
Por otra parte, los hijos de Adán que fueron a Edentia y que podrían volver a Urantia en la época de luz y de vida, en esa época «ya no los necesitaremos» (?) como los necesitábamos hace 37.000 años, no sólo en el plano genético sino en otros muchísimos aspectos del desarrollo humano.
(Comentario para Olga): Asumo plenamente que a la rebelión había que darle su tiempo para que todas las personalidades implicadas pudieran tomar sus decisiones. Pero una vez hecho esto, ¿por qué no podía venir otro Hijo Lanonandek para continuar la tarea interrumpida de su predecesor, con otro estado mayor corpóreo que siguiera ayudando a la humanidad?
No entiendo por qué, si viene otra pareja adámica, eso va en contra del progreso evolutivo y del libre albedrío de los seres humanos. Los humanos no pintamos nada en el gobierno celestial de este mundo. «Ellos» son los Maestros, y nosotros los alumnos. «Ellos» traen sus planes y sus órdenes desde arriba, y nosotros sólo somos unos ignorantes a ser dirigidos. No pinchamos ni cortamos nada en la dirección celestial de este mundo. Pero a falta de dirigentes celestiales, hemos sido dejados a nuestra suerte, y los más brutos y ambiciosos de entre nosotros se han hecho siempre con el poder de este mundo, lo que ha dado como resultado que nuestra historia sea una pura guerra sangrienta.
(Comentario para Santi): Cuando un ser se equivoca, pero una vez resuelto el conflicto, ¿por qué no puede ser sustituido por otro similar que continúe la tarea interrumpida? ¿En qué puede afectar eso a nuestro libre albedrío?
IMAGINEMOS DOS ESCENARIOS FICTICIOS:
Caligastia se rebela, una parte de su personal también se rebela, otros permanecen leales, y todo es confusión entre ellos y para los pobres seres humanos primitivos de aquella época (¿Qué podían elegir aquellos desgraciados ignorantes, si no sabían ni donde estaban de pie, y mucho menos de cuestiones universales?)
Se concede un largo período de tiempo para que todo el mundo pueda decidir de qué lado está. Una vez que el último gato ha tomado su decisión, Caligastia es detenido y llega otro Hijo Lanonandek al planeta, con su nuevo estado mayor de personalidades visibles e invisibles. Van y compañía regresan a Jerusem, y los nuevos 100 corpóreos retoman la tarea para el progreso de los humanos allí donde los 100 anteriores la habían dejado.
El único período catastrófico para los seres humanos habría sido el situado entre el estallido de la rebelión y la llegada del nuevo Hijo Lanonandek. Una vez restaurado el orden, el progreso de la humanidad habría ido hacia adelante según lo previsto originalmente.
Adán y Eva fallan en su misión, PERO su progenie aún no ha empezado a mezclarse con la humanidad. Los hijos menores de edad son llevados a Edentia, y los mayores deciden quedarse o no con sus padres. Andando el tiempo, todos los que se quedan en el planeta acaban muriendo, incluidos Adán y Eva.
Tiempo después llega una nueva pareja adámica, que reemprende el trabajo interrumpido de sus predecesores. Esta vez no fallan (recordad que ahora gobierna un Hijo Lanonandek leal), y años después la sangre adámica empieza a extenderse por todas las razas de la Tierra.
¿Por qué las cosas no fueron así?
Si NO está previsto sustituir a los que fallan, ¿se estima entonces que la posibilidad de fallo es mínima, o bien que no suelen fallar?..
Curiosamente, cuando Miguel de Nebadon se donó como Lanonandek (su segunda donación en el universo), lo hizo para sustituir a Lutentia, un Soberano Sistémico que se había rebelado (como hizo después Lucifer).
Y aún más curioso, cuando Miguel se donó como Hijo Material (su tercera donación), lo hizo como Príncipe Planetario en funciones de un planeta cuyo Príncipe Planetario se había rebelado y, en consecuencia, estaban en cuarentena. Del texto se deduce que NO se materializó, pues posteriormente fueron enviados al planeta un Hijo y una Hija Materiales visibles.
En fin, queridos amigos, supongo que algún día sabremos las verdaderas razones de por qué las cosas son así, y no de otro modo. La sabiduría superior no siempre es comprendida por los seres inferiores. Como dice bien un Portador de Vida: «El universo de universos, incluido este pequeño mundo llamado Urantia, no está gobernado simplemente para recibir nuestra aprobación ni para adaptarse a nuestra conveniencia, y mucho menos para agradar nuestros caprichos y satisfacer nuestra curiosidad. Los seres sabios y todopoderosos que tienen la responsabilidad de administrar el universo saben, sin ninguna duda, exactamente lo que tienen que hacer. Por eso conviene a los Portadores de Vida e incumbe a la mente mortal alistarse, mediante una espera paciente y una cooperación sincera, con la regla de la sabiduría, el reino del poder y la marcha del progreso». LU 65:5.3
Sé que Dios Padre está al mando del Universo.
Estamos pues seguros en este Universo.
Confiemos tranquilamente en Él.
Y que nos haga comprender, algún día, lo que hoy por hoy no tiene explicación para nosotros.
Cuando nuestro Adán y Eva «incurrieron en falta» ya se habían mezclado. Ésa fue precisamente la falta de Eva; no el hecho mismo de mezclarse, sino el creer equivocadamente que podían acelerar el avance de la civilización urantiana anticipando el momento de producir, aunque fuera limitadamente, los primeros seres mixtos (los primeros anditas). De ahí nacieron Caín y Sansa (LU 76:0.2), realmente los primeros anditas de Urantia. La falta de Adán fue al parecer «solidarizarse» con Eva. A propósito, hay un párrafo (LU 75:4.7) que siempre me ha resultado chocante. Los Reveladores, creo yo, no se molestaron en darnos detalles que no nos fueran útiles en algún sentido. Y este párrafo es todo detalle. Nos dice que Eva no había conocido (en el sentido bíblico) varón urantiano hasta que se encontró con Cano, que éste le gustó, y que obtuvo de esa relación lo que Cano le prometió, dando lugar a «nuevos y mayores conocimientos sobre los asuntos humanos y entendimiento más vivo de la naturaleza humana como complemento a la comprensión de la naturaleza adámica». Vamos, que debió ser un buen polvo.
PD. Se me olvidaba: lo que distingue a un ser humano de un animal es la capacidad de conocer al Padre y elegir hacer su voluntad (sumarse voluntariamente a su plan). Los seres humanos (los que eran realmente seres humanos) de hace 200.000 años, y los de hace un millón, tenían esa capacidad, como la tenemos nosotros ahora. No sé cómo se plasma esa capacidad en cada época histórica, pero Amadon, el colaborador de Van, el héroe humano de la rebelión, fue noticia por esas esferas exteriores durante 7 años por su tesón.
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