© 1978 Mark Kulieke
© 1978 The Urantia Book Fellowship (anteriormente Urantia Brotherhood)
El proceso de espiritualización de nuestras personalidades se desarrolla en nuestras relaciones entre los hombres. «En cuanto comprendéis a vuestro prójimo, os volvéis tolerantes, y esta tolerancia se convierte en amistad y madura en amor.» (LU 100:4.4) Y, dijo Jesús: «El amor es el padre de toda bondad espiritual, la esencia de lo verdadero y de lo bello.» (LU 192:2.1)
Se nos dice además que «amar hoy a todos los hombres no es tan importante como aprender cada día a amar a un ser humano más.» (LU 100:4.6) Mantener la producción de amor implica que debemos Estaremos aprendiendo a tolerar a una persona más cada día, y esto a su vez implica que estamos aprendiendo a comprender a una persona más cada día. La clave para la tolerancia, el amor y la bondad espiritual es la comprensión, una función de la mente.
El uso de la palabra «aprendizaje» en asociación con amor y tolerancia también implica un esfuerzo inteligente, no un «…mero acto de voluntad» (LU 100:4.6) Kahlil Gibran ha indicado que aprendió «… tolerancia por parte de los intolerantes…» quizás sea un enfoque útil. Sin embargo, como siempre, se descubre que la forma positiva de aprender es más efectiva aquella que ejemplifica Jesús.
Somos testigos en su vida de que Jesús era de mente abierta y justo, que verdaderamente comprendía a los hombres y era generoso en su simpatía, que confiaba en los hombres y era reverenciado por su tolerancia. Si Jesús pudo encontrar el bien en tantos hombres, seguramente también nosotros podremos encontrarlo si emprendemos una búsqueda enérgica.
En el nivel más fundamental, aprendemos de Jesús que el amor y la tolerancia se basan en la fe, porque él dice en referencia al Espíritu de la Verdad: «Cuando llegue el nuevo instructor, deja que te enseñe el equilibrio de la compasión y esa tolerancia comprensiva que nace de la confianza sublime en mí y de la sumisión perfecta a la voluntad del Padre.» (LU 181:2.15)
Mark Kulieke
Evanston, Illinois