© 2000 Moussa Ndiaye
© 2000 Asociación Urantia Internacional (IUA)
Compartiendo a Dios, la sublime consciencia de ir conociendo a Dios | Journal — Septiembre 2000 — Índice | La Relación De Dios Con El Individuo |
Moussa Ndiaye, Senegal
Damas y caballeros, me dejan especificar que este estudio del tema dado discutirá el hombre, su lazo con Dios y su funcionamiento en los universos creados marchando hacia vida y luz.
Cuando vemos a un individuo humano terminamos primero para comprobar su ser: él es unidad (aún insondable) de tres realidades que lo hagan reconocible-cuerpo, mente y libre albedrío. Estas dotas fundamentales, en una unidad funcional, constan el mínimo para que él sea hablado como de humano normal que viva en el superficie de la tierra.
Una vez que echemos una mirada más atenta al ser humano, llegamos a un más comprensivo entendimiento: cada componente de su ser alcanza su manifestación completa. Por medio de una serie de transformaciones y mutaciones su cuerpo trasmuta de un estado embrionario al soma de un adulto, la suya los reflejos principales simples de la mente en la horquilla se convierte en la mente de un intelectual, el hijo moral y social del rea y su personalidad (su libre albedrío) se desarrolla a partir de la una que responde al placer o al dolor a uno que hace opciones, es idealista y se sobrepase.
Estas modificaciones en los diversos componentes de su ser y de su vida son una noción clara de la evolución en la creación de su ser humano. Pero esta evolución sigue siempre más distintamente un plan en el cual cogemos una vista clara de un progreso incitada por hambre de perfección. Realmente, las fases de la transformación de los varios componentes de su ser revelan una adquisición que aumenta de técnicas, de procesos experimentales y del arte de vivir en la tierra. La edad del adulto provee de un individuo un cuerpo infinitamente más capaz en psicomotoridad que el cuerpo de un infante; una mente del discernimiento y de la lógica incomparablemente superiores a los reflejos principales de un niño de pecho, y un libre albedrío cuyos capacidades de la ideación y del auto-transcendencia son inconmensurablemente más grandes que las de una respuesta simple del placer o del dolor a la vida y al medio ambiente.
Podemos decir, en la semejanza de una conclusión, que al hombre que viene en el mundo, es empujado por una inteligencia viz. por un Espíritu de la evolución, del progreso, de la auto-perfección aumentando y del logro, y la meta es siempre superior, siempre más elevado, siempre más responsable, un Espíritu de 1a supremacía — verdadero y positivo, tangible y experimental.
Cuando un humano hace observaciones razonables sobre la creación de su ser y la función que unifica misteriosamente e integralmente los diversos componentes de su individualidad material, intelectual y moral; cuando el hombre reconoce que todo esto es mantenida en una combinación funcional y útil por un factor que él llame «vida»; cuando él reconoce que él es dotado con inteligencia y volición y que el total de su ser, de lo cual él mismo no ha creado ni una parte, que él mismo no ha compuesto ni la minúscula parte, es, en su totalidad, sometido a su personal gerencia, y que es un otorgamiento, él es inducido lógicamente a rechazar ser producto de una fortuita ocasión; no puede ser satisfecho más con una explicación científica simplemente dependiendo de las hipótesis que niegan la consciencia, en una alineación filosófica que niegue la volición personal. Ni tampoco puede ser contento con una teología que aboga un Deidad impersonal, que no comparte ninguna cosa. Parece como muy claro en su discernimiento que es una criatura, soltada de una muy sabia, abundante y responsable fuente de la inteligencia.
La obligación moral de saber esta fuente, de agarrar sus diseños referentes a su creación, de saber el objetivo de su responsabilidad y de sus métodos de intervención, emerge naturalmente en el sentido de uno quién se contrata a una investigación necesaria en el significado de su existencia y de su vida. Si a estas consideraciones de un adulto y de un hombre sensible agregamos la conclusión anterior que su individualidad origina con un Espíritu de la Evolución, del crecimiento, de convertirse siempre más perfecto — en breve, lo del logro supremo- inmediatamente conduce a una explicación de por qué existe, qué es el significado de su ser, qué es el deber de su inteligencia, su libre albedrío. Es su deber dedicar sus esfuerzos a un logro y a una extensión de lo perfecto en su ser, que constituye las fundaciones del Espíritu de la Verdad, que es, en este caso, la respuesta al diseño de su Dios Creador.
El espíritu de la evolución-crecimiento inherente en su ser y el espíritu del fe-reconocimiento que emerge de su ser constituyen, en su consciencia, la base para una percepción espiritual del diseño del dios, de su amor para cada uno individual, del destino y de la finalidad del hombre —el Espíritu de la Verdad.
Por otra parte, uno debe suplir este funcionamiento interno del Espíritu de la Verdad — la realidad de la naturaleza del dios en la consciencia humana- con otro aspecto complementario: Nos hemos levantado más arriba que la naturaleza del hombre se concibe de como capaz de levantarse; es decir al experimentar y manifestar la divinidad perfecta de Dios. Esto requiere un objetivo, un marco de recepción, un receptáculo, que incluye la fraternidad y, en el sentido más amplio, servicio planetario y servicio a Dios el Supremo y al Supremo Todopoderoso, que evoca la necesidad y la obligación de conocer a su creador, que nosotros conocemos como infinito, perfecto, eterno, y que la necesidad emerge en su consciencia, si uno así elija. Este logro siempre más supremo, que impregna su ser, determina el ética del Espíritu de la verdad: para progresar hacia una unidad con las Fuentes de la Realidad y manifestar su asociación unida en los universos. El Espíritu se une a todo que hemos dicho sobre el Espíritu de la verdad de manera que la voluntad del ser humano, que con la penetración espiritual consigue una ojeada del espíritu que funciona dentro de su consciencia, tiene que rendir a la gran necesidad de abrirse a la concesión del espíritu en la consciencia por la experiencia religiosa y espiritual del crecimiento de la manifestación de la divinidad en el ser humano. El plan del Espíritu de la Verdad es conducir al hombre a una identificación completa con Dios, es decir, a ser divino en naturaleza; y en la volición, de ser como Dios. Una interrupción de la experiencia espiritual progresiva en el hombre también significaría una interrupción de la difusión del Espíritu de la Verdad en él.
El diseño de Dios para compartir su naturaleza perfecta con el hombre, para integrarlo con su eternidad y para unificarlo con la infinidad es regalo del amor verdadero de Dios, y el amor presupone que está compartido en conformidad con su naturaleza, la que es la verdad, la bondad y sus modelos de la armonía y de la belleza. El Espíritu de la Verdad busca constantemente para consolidar en la consciencia humana su interés en, y su participación de la bondad de Dios así como el entusiasmo y la dedicación de verterlos en la fraternidad con otros seres humanos y otras criaturas del universo, en el diseño para causar crecimiento, el perfeccionar y el lograr de supremacía de la luz y de la vida por todas partes en los universos. Este Espíritu de la Verdad está por todas partes y en cada momento con los buscadores y agentes de la verdad, de la voluntad y de la bondad de Dios. Esta voluntad del espíritu para siempre seguirá siendo el dirección y la luz de todos los que estén en la búsqueda para la eternidad y que deseen ser eternos y perfectos.
Sin embargo, tenemos que reconocer que el Espíritu de la Verdad no se inculca ni espontáneamente ni fácilmente en la consciencia humana. Es precedido por las etapas de la maduración intelectual, moral y social del individuo.
Este espíritu está conectado además con el desarrollo del ética y del servicio en el corazón humano. Los sentimientos del idealismo, de la justicia y de la imparcialidad son factores positivos, y facilitan la aparición y el funcionamiento del espíritu en la consciencia humana. Esto nos lleva a la tercera sección de mi presentación.
Es realmente muy evidente que el hombre se ha desarrollado desde un estado primitivo que se asemejaba a el de un animal hasta ese estado de la familia y de los lazos sociales donde él se encuentra hoy. Él de manera semejante se ha levantado de una etapa cultural donde «pensó solamente cuando tenía hambre»a ésa etapa científica, tecnológica, política y cultural donde se encuentra hoy. Es igualmente evidente que se ha desarrollado de un estado religioso basado en un miedo de la naturaleza a el de una consciencia que busca para Dios y lo encuentra. Si todas estas ideas e ideales hubieran sido alcanzados ya completamente en su consciencia al principio de su carrera planetaria, él no podría hacer cuál él es hoy, sería ya todo el eso. Esta conclusión es establecida en historia. Las repercusiones de la transformación del hombre que continúan siendo visibles en sus mores atestiguan claramente de sus períodos de la transformación anterior. Sigue siendo igualmente verdad que si lo privaran de la secuencia de la educación proporcionada por su sociedad cultural, se levantaría apenas sobre su nivel animal. Las ideas y los ideales de una cultura científica, moral, social y religiosa no son inherentes en la consciencia humana. Es también completamente verdad que si el hombre no tuviera las capacidades naturales para adquirirlos, esos conceptos y los ideales no tendrían ningún efecto en él. Ha habido inevitablemente una influencia de la coordinación contactual y que integraba entre las capacidades mentales del hombre y sus conceptos superiores de la existencia y de la vida. El hombre podía apenas, al principio de su vida primitiva, sospechar, y aún menos comprender, a los lazos del hecho y a la verdad que existen entre su naturaleza animal y esas realidades celestiales superiores cuyo creación él es, y cuyo presencia lo aterrorizó y que él huía siempre. Estos eran el Ajustador (presencia de Dios que trabaja en la consciencia del hombre); el ángel del guarda que trabaja en el ambiente moral y social-alrededor de la consciencia humana-y sobre todo, el Supremo Todopoderoso misterioso que envuelve todo. Trabajan para efectuar una unificación de capacidades humanas y de lazos celestiales.
Esta actividad del Supremo Todopoderoso hace posible y necesario la intervención del ángel del guarda. La contribución del ángel es su adaptación específica al nivel de la personalidad humana para el motivo de hacerlo posible para que los modelos morales, sociales y espirituales superiores emerjan en la consciencia humana. Este poder de la coordinación y de esta técnica de la unificación de realidades separadas tan extensamente el uno del otro como las naturalezas del hombre y de Dios, es la mera esencia del ángel del guarda. Y se parece a nosotros que solamente los ángeles (de cualquier orden) son capaces de realizar esta función protectora y de efectuar esta clase de acercamiento entre las naturalezas del Dios y del hombre.
Las actividades de los ángeles del guarda consisten en el crear de la comprensión y de la coordinación de los hechos materiales de la existencia y de la vida humana con el canal de conceptos y de ideas superiores de las realidades celestiales, que incluyen los espíritus del ayudante de la mente, particularmente los ayudantes de la adoración y la sabiduría. Una vez que la búsqueda para Dios emerja en la consciencia humana, el ángel del guarda intenta desarrollar en hombre esa tendencia hacia la perspicacia celestial, espiritual que le asistirá en su conocimiento del significado de su existencia y de los diseños del Dios. Ella establece así el contacto con el Espíritu Santo de Dios. En la fase próxima el ángel del guarda ayudará al hombre a descubrir la naturaleza y el contenido de su lazo con el Dios, es decir, el Espíritu de la Verdad, que fue discutida arriba. El ángel del guarda intensifica su intervención para hacer que el hombre comprende y que acepta la bondad y el amor de Dios, así como para desear ser como la naturaleza perfecta del Dios.
Los esfuerzos del ángel del guarda con respecto al hombre, que al principio suceden en el nivel simple de la percepción de la vida física, ahora tendrán para el objetivo una adquisición del pensamiento moral y social. Continuará hacia una adquisición del pensamiento cósmico y de la carrera ascendente de la espiritualización: una semejanza completa del hombre con el Dios. Los esfuerzos del ángel son complementarios a los del Ajustador y auxiliar al Dios el Supremo. Podría ir por toda la aventura del consciencia humana, en la búsqueda para el Padre por medio del Supremo. Este servicio del ángel del guarda de la cooperación y dedicación hace ella una hermana y un amigo, cuyo deber es de recordar a la consciencia, a la inteligencia de un individuo del significado y la sabiduría de su destino.
La vida entera de un ángel del guarda-guarda del destino celestial del hombre-se dedica totalmente a promover la vida humana, su éxito final en la espiritualización del hombre. ¡Qué consagración! ¡Qué servicio! ¡Qué hermana y amigo!
El espectáculo de la acción unificada de Deidad en la consciencia humana y alrededor y sobre del individuo humano es un espectáculo cósmico que emociona. El trabajo del ángel del guarda está conectado con el servicio proporcionado por los Controladores Físicos Decanos y los seres intermedios planetarios, los cuales se contratan a la consideración igual para el éxito del destino cósmico de un individuo, funcionando con el ángel del guarda para un mejoramiento de la eficacia y la calidad del entorno físico de la vida humana. Los serafines planetarios trabajan, con la misma preocupación, para la vida planetaria de las naciones y sociedades tan dignificado como posible y siempre mejor integrado con las perspectivas evolutivas de las razas humanas y los seres humanos individuales. En el centro de los esfuerzos de estos supervisores planetarios funciona la autoridad de la Soberanía Planetaria, vigilante de la aplicación y ejecución de la voluntad de Dios y su amor para el hombre, de modo que él sobreviviera su vida material y encontrara la alegría espiritual, que Dios le ha reservado. Este cariño para, y amistad divinos con el hombre extiende más allá de los límites del planeta por el universo local y el superuniverso hasta el universo central. La creación entera es cargada con los amigos del hombre.
Es igualmente importante que el hombre, aparte del amor de sus otros amigos, buscara para y gozar del amor reservado para él por sus hermanos y hermanas en Dios, y sobretodo, sus profesores espirituales, que a él consagran todas las riquezas de la vida de sus almas de modo que discerniera su vocación espiritual y comenzara su carrera de la ascensión.
Ya concluyo estas reflexiones sobre el espíritu de la verdad, los ángeles del guarda y otros amigos del hombre, que marcan en nuestras mentes el camino, el grandeza y la importancia de la calidad, el amor y la belleza del Dios para el motivo de la evolución, la perfeccionar y el logro del hombre de los orígenes animales de modo que él lograra a las altas calidades y los valores del pasado eterno, el presente eterno y el futuro eterno.
Somos eternalmente agradecidos al Dios, eternalmente en adoración y consagrados indefinidamente a la exploración y la aplicación de la sabiduría ocultadas en el Infinito Eterno.
Mis hermanos y hermanas queridos, les agradezco por su atención y por haber escuchado tan generosamente. ¡Que Dios os bendiga!
Deploro mi posible fallo de satisfacer sus expectativas y lo siento el no redimir las expectativas de la capacidad que ustedes asociaron posiblemente a mi presentación.
Una vez más, gracias!
Compartiendo a Dios, la sublime consciencia de ir conociendo a Dios | Journal — Septiembre 2000 — Índice | La Relación De Dios Con El Individuo |