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Los milagros de Jesús y la voluntad del Padre | Volumen 4, Número 1, 2002 (Verano) — Índice | No lo que damos... sino lo que compartimos... |
Los siguientes versos son extractos de «La visión de Sir Launfal» de James Russell Lowell. Sir Launfal ha regresado de las Cruzadas como un mendigo, con su arrogancia rota y con solo un mendrugo de pan para comer, cuando un leproso le pide limosna.
Y Sir Launfal dijo: «Veo en ti
una imagen del que murió en el madero;
¡He aquí, a través de él, te doy!»
Partió en dos su única corteza,
Rompió el hielo al borde del riachuelo,
y dio de comer y de beber al leproso,
Mientras Sir Launfal reflexionaba con el rostro abatido,
Una luz brilló alrededor del lugar;
El leproso ya no se agachó a su lado,
Mas estaba delante de él glorificado,
Brillante y alto y justo y recto
Como la columna que estaba junto a la Puerta Hermosa, -
Él mismo la Puerta por la cual los hombres pueden
Entrar en el templo de Dios en el Hombre.
Sus palabras fueron derramadas más suaves que las hojas del pino,
Y cayeron sobre Sir Launfal como nieve en la salmuera,
Que mezclan su suavidad y quietud en uno
con la agitación peluda sobre la que flotan;
Y la voz que era más tranquila que el silencio dijo:
«¡He aquí, soy yo, no temáis!
En muchos climas, en vano,
Has gastado tu vida por el Santo Grial;
He aquí está aquí, - esta copa que tú
Llenaste del riachuelo para mí pero ahora;
Esta corteza es mi cuerpo partido por ti,
Esta agua Su sangre que murió en el madero;
La Santa Cena se guarda, en efecto,
En lo que compartimos con la necesidad de otro;
No en lo que damos, sino lo que compartimos, —
Porque el regalo sin el dador está vacío;
Quien da con su limosna alimenta a tres,
A él mismo, a su vecino hambriento y a mí».
Los milagros de Jesús y la voluntad del Padre | Volumen 4, Número 1, 2002 (Verano) — Índice | No lo que damos... sino lo que compartimos... |