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La finalidad de la evolución cósmica consiste en alcanzar la unidad de la personalidad mediante el dominio creciente del espíritu, una reacción volitiva a las enseñanzas y directrices del Espíritu de Dios que mora en nosotros. (LU 112:2.15)
«Aunque este evangelio del reino nunca deja de traer una gran paz al alma del creyente individual, no traerá la paz a la Tierra hasta que los hombres no estén dispuestos a creer de todo corazón en mis enseñanzas, y a establecer la práctica de hacer la voluntad del Padre como meta principal de su vida mortal». (Jesús) Cuando una persona encuentra a Dios ha encontrado todo. (LU 180:6.1)
La religión es la revelación a la humanidad del destino divino y eterno.
La religión es una experiencia puramente personal y espiritual.
Aunque la experiencia religiosa es un fenómeno subjetivo puramente espiritual, tal experiencia abarca una actitud de fe positiva y viva hacia los reinos más elevados de la realidad objetiva del universo. El ideal de la filosofía religiosa es tal confianza en la fe que llevaría al hombre incondicionalmente a depender del amor absoluto del Padre infinito del universo de los universos. Una experiencia religiosa tan genuina trasciende con mucho la objetivación filosófica del deseo idealista; en realidad da por sentada la salvación y se preocupa solo de aprender y hacer la voluntad del Padre en el Paraíso. Las características de tal religión son: la fe en una Deidad suprema, la esperanza de supervivencia eterna y el amor, especialmente por los demás.
No importa cuán ilusoria y errónea sea la teología (y/o cosmología) de uno, la religión de uno puede ser completamente genuina y eternamente verdadera.
Cuando la teología domina la religión, la religión muere; se convierte en una doctrina en lugar de una vida. La misión de la teología es simplemente facilitar la autoconciencia de la experiencia espiritual personal. La teología constituye el esfuerzo religioso por definir, clarificar, exponer y justificar las afirmaciones experienciales de la religión, las cuales, en último análisis, sólo pueden ser validadas por la fe viva. En la filosofía superior del universo, la sabiduría, como la razón, se alía con la fe. La razón, la sabiduría y la fe son los logros humanos más altos del hombre. La razón introduce al hombre en el mundo de los hechos, de las cosas; la sabiduría lo introduce en un mundo de verdad, de relaciones; la fe lo inicia en un mundo de divinidad, experiencia espiritual.
La fe lleva muy gustosamente a la razón hasta donde la razón puede llegar y luego prosigue con la sabiduría hasta el límite filosófico completo; y luego se atreve a emprender el viaje ilimitado e interminable del universo en la única compañía de VERDAD.
Cuando la razón reconoce una vez el bien y el mal, exhibe sabiduría; cuando la sabiduría elige entre el bien y el mal, la verdad y el error, demuestra la dirección del espíritu. Y así, las funciones de la mente, el alma y el espíritu están siempre estrechamente unidas y funcionalmente interrelacionadas. La razón se ocupa del conocimiento fáctico; sabiduría, con filosofía y revelación; fe, con experiencia espiritual viva. Por la verdad el hombre alcanza la belleza y por el amor espiritual asciende a la bondad.
La fe lleva a conocer a Dios, no sólo a un sentimiento místico de la presencia divina. La fe no debe ser demasiado influenciada por sus consecuencias emocionales. La verdadera religión es una experiencia de creer y saber, así como una satisfacción de sentir.
Y ven acá, y encenderé una vela de entendimiento en tu corazón, la cual no se apagará, hasta que se cumplan las cosas que comenzarás a escribir.
II Esdras 14:25
Dame una vieira de quietud,
Mi bastón de fe para caminar,
Mi scrip de alegría, dieta inmortal,
Mi botella de salvación,
Mi vestido de gloria, verdadero calibre de la esperanza,
Y así haré mi peregrinaje.
Sir Walter Raleigh