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Hágase esta pregunta, reflexionando detenidamente antes de responder:
Primero, suponga que ha absorbido las enseñanzas del Libro de Urantia y aceptado el llamado para intentar vivir su vida como Jesús vivió la suya.
Sin embargo, después de tomar esa decisión, los mejores científicos presentaron evidencia completamente convincente de que el universo y la vida son accidentes aleatorios que simplemente tenían que ocurrir, y la hipótesis de que Dios los creó no es válida.
¿Aún elegirías seguir viviendo tu vida como si estuvieras al servicio de Dios y de tus semejantes?
Lo interesante de esta situación hipotética es que toda presión atribuible a la esperanza de recompensa o al miedo al castigo ahora se elimina de su toma de decisiones.
La respuesta dada también tiene consecuencias interesantes. Si su respuesta es afirmativa, se deduce que su decisión de vivir como vivió Jesús fue su verdadera preferencia, y una decisión verdaderamente libre.
Pero si su respuesta es no (porque no tendría sentido), entonces debe haber otro modo de vida que sea su verdadera preferencia, uno al que renunció con la esperanza de obtener una recompensa o evitar una amenaza de castigo.
Cualquiera que sea tu respuesta, nunca olvides que realmente estás habitado por tu Dios-espíritu que siempre está listo para ayudarte a resolverte.
No olvidéis que sólo estáis encargados de salir a predicar la buena nueva. No debéis atacar las viejas costumbres; debéis introducir hábilmente la levadura de la nueva verdad en medio de las antiguas creencias. Dejad que el Espíritu de la Verdad efectúe su propio trabajo. (LU 178:1.16)