© 1996 Ramon Barbosa
© 1996 The Fellowship para lectores de El libro de Urantia
Definición del Servicio Espiritual | Winter 1996 — Vol. 6 No. 8 — Índice | Fallece el último de los fideicomisarios fundadores |
Por Ramón Barbosa
Las actividades de extensión dentro del movimiento Urantia podrían beneficiarse de una actitud holística. Después de 16 años de observación de los episodios que han ido y venido en el movimiento, siento una oleada de gratitud por el plan omnisapiente de Dios mezclada con dolor por la experiencia humana del error y el juicio erróneo.
No hay excusa para la división y las pequeñas luchas entre aquellos de nosotros que tenemos la suerte de que la quinta revelación de época haya mejorado nuestras vidas. Esta revelación sólo puede considerarse como la mayor evidencia material existente de la alta estima que se nos tiene y de la profunda confianza que se ha depositado en nuestro potencial humano. Ciertamente, no venimos con personalidades perfectamente integradas desde el principio, pero, aun así, sabemos que no debemos ahorcarnos con una soga egoísta.
No puede haber una sola personalidad o grupo de élite que pueda presumir de estar adecuadamente calificado para representar con autoridad el fenómeno sin precedentes de una revelación de época en forma de libro. Aquellos de nosotros que somos conscientes del bendito servicio que se nos brinda mediante la presentación renovada de los hechos de la realidad divina y de la vida de nuestro amado Maestro en este mundo, sólo podemos responder de común acuerdo: «Padre, que seamos cada vez más dignos de tu divina gracia».
Jesús, nuestro amado Maestro, es para cada uno de nosotros el único líder, maestro y compañero infalible y eminentemente calificado en la experiencia cotidiana de vivir y revelar la dimensión espiritual de su reino celestial. Alabado sea Dios por el honor y privilegio de nuestra participación. Seguramente la nuestra es una alta confianza.
El Libro de Urantia no pretende servir sólo como fuente de enseñanzas espirituales y culturales exclusivamente para aquellos que ya han nacido del espíritu. Más bien, muchos individuos, como millones en el futuro, se volverán sublimemente conscientes del espíritu como resultado de la exposición a las incomparables enseñanzas que se encuentran en el libro.
Esta revelación no es exclusivamente la guía para aquellos que ya están dentro del reino. Cualquiera que tenga oído puede escuchar estas verdades espirituales. Como recurso de libre acceso, El Libro de Urantia fermentará los estratos espirituales del mundo sirviendo como un catalizador más, aunque muy eficaz, para el descubrimiento por la fe de una relación personal con Dios.
El uso que Jesús hizo de parábolas como método de enseñanza en su ministerio no pretendía ocultar enseñanzas a nadie. Sus enseñanzas fueron para todos, incluso para todas las generaciones en todos los mundos. Pero sólo aquellos que buscaban sinceramente podían percibir el significado de sus parábolas. Su intención no era ni es excluir a nadie.
La presentación del Libro de Urantia no debe retenerse hasta que uno haya presumido juzgar que el individuo a quien se lo va a presentar está dispuesto a creer que es una revelación. Semejante actitud es arrogante y huele a elitismo. Hay muchos estudiantes del libro desde hace mucho tiempo que lo tienen en alta estima, pero no lo aceptan como una revelación. Tal revelación no debería escandalizar ni ofender a nadie.
Lo que más importa es que las enseñanzas reveladoras de El Libro de Urantia están trayendo la presión espiritual de la iluminación a la corriente de pensamiento de la conciencia religiosa humana.
Un corazón sincero y una mente objetiva, motivada e inquisitiva son los únicos requisitos previos para que un individuo considere las enseñanzas de El Libro de Urantia. La semilla de la fe-descubrimiento de una relación personal con Dios puede germinar o no, pero será sembrada.
El fenómeno de que cualquier individuo llegue a la conclusión honesta y espiritual de que El Libro de Urantia es una revelación es un asunto exclusivamente personal entre el hombre y Dios. Además, es dentro del ámbito de esa relación personal y espiritual donde se toman decisiones adicionales sobre si un individuo participará y en qué medida en grupos de estudio y otras actividades sociales del movimiento Urantia.
Siempre habrá una proporción baja de lectores que opten por participar en grupos de estudio y actividades sociales en comparación con el cuerpo más amplio de lectores que opten por no involucrarse en dicha comunidad. Denunciar este fenómeno es sugerir que los lectores deberían existir principalmente para expandir las filas visibles de los creyentes de la revelación de Urantia en lugar de expandir la hermandad espiritual invisible de los creyentes del reino.
La mayoría de las personas se consideran muy comprometidas con la vida. Algunos se enfrentan a circunstancias en constante cambio, dejando muy poco tiempo para interactuar socialmente con otros lectores. Es posible que algunos simplemente no tengan la intención de involucrarse. Sin embargo, es posible que todos, cada uno a su manera, estén facilitando el impulso del movimiento Urantia.
El objetivo de la divulgación debe ser la difusión de la verdad espiritual, integrada con información científica y evolutiva, y siempre con el enfoque en catalizar la relación espiritual entre el individuo y Dios. Esta sagrada misión debe basarse siempre en la premisa de una expresión voluntaria de interés.
El propósito de un anuncio en el periódico que plantea una pregunta que invita a la reflexión junto con un número de teléfono no es imponer un punto de vista a los transeúntes, sino invitar a posibles interesados a familiarizarse con las enseñanzas espirituales que se encuentran en El Libro de Urantia. El objetivo de tales anuncios es despertar la curiosidad de aquellos que han sido divinamente preparados, quienes a través de sus propios avances se han vuelto potencialmente receptivos a las verdades avanzadas del El Libro de Urantia para que puedan ir en su busca. Entre la invitación humana y la dirección divina surge una contribución sinérgica al movimiento Urantia, cuyo impulso es nuestro sólo para facilitar, no para controlar.
_Ramón Barbosa es miembro de la Primera Sociedad de Los Ángeles. También forma parte del Comité de Divulgación del Sur de California, que coloca anuncios en publicaciones invitando a los interesados a responder a mensajes telefónicos pregrabados con interpretaciones personales de las enseñanzas de El Libro de Urantia.
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