© 1959 William S. Sadler
© 1961 Fundación Urantia
La capacidad se hereda, mientras que la habilidad se adquiere. La vida es irreal para aquel que no sabe hacer alguna cosa bien, expertamente. La habilidad es una de las verdaderas fuentes de satisfacción en la vida. La capacidad implica el don de la previsión, de la visión de futuro. LU 160:4.11
La capacidad es la medida práctica de las oportunidades de la vida. Nunca seréis considerados responsables de tener que realizar algo que sobrepase vuestras capacidades. LU 171:8.10
Limitado o modificado de alguna manera. [1]
La casualidad es una palabra que significa que el hombre es demasiado ignorante o demasiado indolente como para determinar las causas. Los hombres sólo consideran un acontecimiento natural como un accidente o como mala suerte cuando están desprovistos de curiosidad e imaginación, cuando las razas carecen de iniciativa y de espíritu aventurero. La investigación de los fenómenos de la vida destruye tarde o temprano la creencia del hombre en la casualidad, la suerte y los supuestos accidentes, sustituyéndola por un universo de ley y de orden donde todos los efectos están precedidos por unas causas definidas. El miedo a la existencia es así reemplazado por la alegría de vivir. LU 86:2.5
La causalidad —el ámbito de la realidad relacionado con los sentidos físicos, el campo científico de la uniformidad lógica, la diferenciación entre lo objetivo y lo no objetivo, las conclusiones reflexivas basadas en la reacción cósmica. Es la forma matemática del discernimiento cósmico. LU 16:6.6
Deberíais reflexionar sobre la declaración acerca de «el cielo» y «el cielo de los cielos». El cielo concebido por la mayoría de vuestros profetas era el primer mundo de las mansiones del sistema local. Cuando el apóstol dijo que había sido «arrebatado hasta el tercer cielo», se refería a aquella experiencia en la que su Ajustador se había separado durante el sueño y, en ese estado insólito, efectuó una proyección hasta el tercero de los siete mundos de las mansiones. Algunos de vuestros sabios han tenido la visión del cielo más grande, «el cielo de los cielos», en el que la séptuple experiencia de los mundos de las mansiones sólo era el primer cielo; el segundo era Jerusem, el tercero Edentia y sus satélites, el cuarto Salvington y las esferas educativas que lo rodean, el quinto Uversa, el sexto Havona y el séptimo el Paraíso. LU 48:6.23
La ciencia es el intento del hombre por estudiar su entorno físico, el mundo de la energía-materia; LU 103:6.9
La ciencia es el esfuerzo del hombre por resolver los enigmas aparentes del universo material. LU 196:3.30
Estos círculos psíquicos de progresión mortal quizás deberían denominarse mejor niveles cósmicos —unos niveles donde se captan realmente los significados y se comprenden los valores del acercamiento progresivo a la conciencia morontial de la relación inicial entre el alma evolutiva y el Ser Supremo emergente. Esta misma relación es la que hace imposible para siempre explicar plenamente el significado de los círculos cósmicos a la mente material. La conquista de estos círculos sólo tiene una relación relativa con la conciencia de Dios. Una persona que se encuentra en el séptimo o sexto círculo puede conocer a Dios —ser consciente de su filiación— casi tan bien como aquella que esté en el segundo o el primer círculo, pero estos seres de los círculos inferiores son mucho menos conscientes de su relación experiencial con el Ser Supremo, de su ciudadanía universal. La conquista de estos círculos cósmicos formará parte de la experiencia de los ascendentes en los mundos de las mansiones, si no han logrado alcanzarlos antes de la muerte natural. LU 110:6.16
El espíritu de comprensión —el impulso de coordinación, la asociación espontánea y aparentemente automática de las ideas. Es el don de coordinar el conocimiento adquirido, el fenómeno del razonamiento inmediato, del juicio rápido y de la decisión pronta. LU 36:5.7
El reconocimiento es un proceso intelectual que consiste en encajar las impresiones sensoriales recibidas del mundo exterior en las configuraciones de la memoria del individuo. La comprensión implica que esas impresiones sensoriales reconocidas, y sus configuraciones de memoria asociadas, han sido integradas u organizadas en una red dinámica de principios. LU 111:4.1
La conciencia, sin la enseñanza de la experiencia ni la ayuda de la razón, no ha sido nunca y nunca podrá ser una guía infalible y segura para la conducta humana. La conciencia no es una voz divina que le habla al alma humana. Es solamente la suma total del contenido moral y ético de las costumbres de cualquier etapa corriente de la existencia; representa simplemente la reacción ideal concebida por el ser humano en cualquier conjunto dado de circunstancias. LU 92:2.6
La conciencia cósmica implica el reconocimiento de una Causa Primera, la sola y única realidad sin causa. Dios, el Padre Universal, actúa en tres niveles de personalidad de la Deidad, que tienen un valor subinfinito y expresan de manera relativa la divinidad: LU 0:2.2
El gran desafío para el hombre moderno consiste en conseguir una mejor comunicación con el Monitor divino que reside en la mente humana. La aventura más grande del hombre en la carne consiste en el esfuerzo sano y bien equilibrado por elevar los límites de la conciencia de sí a través de los reinos imprecisos de la conciencia embrionaria del alma, en un esfuerzo sincero por alcanzar la zona fronteriza de la conciencia espiritual —el contacto con la presencia divina. Esta experiencia constituye la conciencia de Dios, una experiencia que confirma poderosamente la verdad preexistente de la experiencia religiosa de conocer a Dios. Esta conciencia del espíritu equivale a conocer la realidad de la filiación con Dios. De otro modo, la seguridad de la filiación es la experiencia de la fe. Y la conciencia de Dios equivale a la integración del yo con el universo y en sus niveles más elevados de realidad espiritual. La capacidad intelectual para conocer a Dios: la conciencia de Dios. LU 196:3.34
La conciencia de sí mismo consiste en darse cuenta intelectualmente de la realidad de la personalidad; incluye la aptitud para reconocer la realidad de otras personalidades. Indica la capacidad para llevar a cabo experiencias individualizadas en y con las realidades cósmicas, lo que equivale a alcanzar el estado de identidad en las relaciones entre personalidades en el universo. LU 16:8.6
La armonía es la tónica del universo central, y en el Paraíso prevalece un orden perceptible. Una conducta adecuada es esencial para progresar por medio del conocimiento, y a través de la filosofía, hasta las alturas espirituales de la adoración espontánea. Existe una técnica divina para acercarse a la Divinidad; y para adquirir esta técnica los peregrinos deben esperar hasta llegar al Paraíso. El espíritu de esta técnica ha sido impartido en los círculos de Havona, pero los toques finales del entrenamiento de los peregrinos del tiempo sólo se pueden aplicar después de que alcanzan realmente la Isla de Luz. LU 27:4.2
La confesión del pecado es un rechazo valiente de la deslealtad, pero no atenúa de ninguna manera las consecuencias espacio-temporales de esa deslealtad. Pero la confesión —el reconocimiento sincero de la naturaleza del pecado— es esencial para el crecimiento religioso y el progreso espiritual. LU 89:10.5
Todo conflicto es malo en el sentido de que inhibe la función creativa de la vida interior —es una especie de guerra civil en la personalidad. LU 111:4.11
El conocimiento es poder. LU 81:6.9
El tiempo es un elemento invariable para adquirir el conocimiento; la religión hace que sus dones sean inmediatamente asequibles, aunque existe el factor importante del crecimiento en la gracia, de un progreso preciso en todas las fases de la experiencia religiosa. El conocimiento es una búsqueda eterna; siempre estaréis aprendiendo, pero nunca seréis capaces de llegar al conocimiento completo de la verdad absoluta. El conocimiento por sí solo nunca puede proporcionar una certeza absoluta, sino únicamente una probabilidad aproximada creciente; pero el alma religiosa espiritualmente iluminada sabe, y sabe ahora. LU 102:2.4
El conocimiento conduce a situar a los hombres, a originar las capas y las castas sociales. La religión conduce a servir a los hombres, creando así la ética y el altruismo.
La sabiduría conduce a una asociación mejor y más elevada tanto de las ideas como con los semejantes. La revelación libera a los hombres y los pone en camino hacia la aventura eterna. LU 102:3.6
El conocimiento es la esfera de la mente material, la que discierne los hechos. La verdad es el dominio del intelecto espiritualmente dotado que es consciente de conocer a Dios. El conocimiento se puede demostrar; la verdad se experimenta. El conocimiento es una posesión de la mente; la verdad una experiencia del alma, del yo que progresa. El conocimiento es una función del nivel no espiritual; la verdad es una fase del nivel mental-espiritual de los universos. La visión de la mente material percibe un mundo de conocimiento basado en hechos; la visión del intelecto espiritualizado discierne un mundo de valores verdaderos. Estos dos puntos de vista, sincronizados y armonizados, revelan el mundo de la realidad, en el cual la sabiduría interpreta los fenómenos del universo en términos de experiencia personal progresiva. LU 130:4.10
la más grande de todas las virtudes humanas: el riguroso control de sí mismo. LU 83:6.6
El espíritu de consejo —el impulso social, el don de la cooperación con la especie; la capacidad de las criaturas volitivas para armonizarse con sus compañeros, el origen del instinto gregario entre las criaturas más inferiores. LU 36:5.10
La constelación. Cien sistemas (unos 100.000 planetas habitables) forman una constelación. Cada constelación tiene una esfera sede arquitectónica y está presidida por tres Hijos Vorondadeks, los Altísimos. Cada constelación tiene también como observador a un Fiel de los Días, el embajador de la Trinidad del Paraíso. LU 15:2.4
El espíritu de valentía —el don de la fidelidad— en los seres personales, la base para adquirir el carácter y la raíz intelectual del vigor moral y de la valentía espiritual. Cuando está iluminado por los hechos e inspirado por la verdad, se convierte en el secreto del impulso de la ascensión evolutiva a través de los canales de una dirección autónoma inteligente y concienzuda. LU 36:5.8
La valentía —la fuerza de carácter— LU 3:5.6
La intrepidez es valerosa, … LU 111:6.9
El coraje es la confianza completamente honesta en las cosas que uno profesa creer. Los hombres sinceros no temen el examen crítico de sus verdaderas convicciones y de sus nobles ideales». LU 146:3.2
El crecimiento creativo es interminable pero siempre satisfactorio, inacabable en extensión pero siempre puntualizado por aquellos momentos, satisfactorios para la personalidad, en que se alcanza una meta transitoria y que sirven tan eficazmente como preludios para la movilización hacia nuevas aventuras de crecimiento cósmico, de exploración del universo y de alcance de la Deidad. LU 118:0.10
La creencia alcanza el nivel de la fe cuando motiva la vida y modela la manera de vivir. La aceptación de una enseñanza como verdadera no es la fe; es una simple creencia. La certidumbre y la convicción tampoco son la fe. Un estado mental sólo alcanza los niveles de la fe cuando domina realmente la manera de vivir.
La fe es un atributo viviente de la experiencia religiosa personal auténtica. Uno cree en la verdad, admira la belleza y respeta la bondad, pero no las adora; una actitud así de fe salvadora está centrada solamente en Dios, que es la personificación de todas estas cosas e infinitamente más.
La creencia limita y ata siempre; la fe expande y desata. La creencia fija, la fe libera. Pero la fe religiosa viviente es más que una asociación de creencias nobles; es más que un sistema elevado de filosofía; es una experiencia viviente que se interesa por los significados espirituales, los ideales divinos y los valores supremos; conoce a Dios y sirve a los hombres. LU 101:8.1-2
Las creencias pueden llegar a ser propiedad de un grupo, pero la fe ha de ser personal. Las creencias teológicas se pueden sugerir a un grupo, pero la fe sólo puede surgir en el corazón de la persona religiosa individual. LU 101:8.2
El cristianismo, tal como se desarrolló desde aquel día, es: el hecho de Dios como Padre del Señor Jesucristo, en asociación con la experiencia de la comunión del creyente con el Cristo resucitado y glorificado. LU 194:0.4
El cuerpo. El organismo físico o material del hombre. El mecanismo electroquímico viviente de naturaleza y origen animal. LU 0:5.7
La evolución material os ha proporcionado una máquina viviente, vuestro cuerpo; … LU 111:1.4
En el tiempo, el cuerpo del hombre es tan real como la mente o el espíritu, pero cuando llega la muerte, tanto la mente (la identidad) como el espíritu sobreviven, mientras que el cuerpo no sobrevive. … LU 12:8.16
El sentimiento de culpa (no la conciencia del pecado) proviene, o bien de la interrupción de la comunión espiritual, o de la disminución de los ideales morales. Uno sólo puede liberarse de esta difícil situación comprendiendo bien que nuestros ideales morales más elevados no son necesariamente sinónimos de la voluntad de Dios. El hombre no puede esperar vivir a la altura de sus ideales más elevados, pero puede ser fiel a su intención de encontrar a Dios y de parecerse cada vez más a él. LU 103:4.3
Pero un culto —un simbolismo de ritos, lemas u objetivos— … es la estructura esquelética alrededor de la cual crece el cuerpo vivo y dinámico de la experiencia espiritual personal —la verdadera religión. LU 87:7.10
El hambre de armonía y la sed de belleza. Los intentos persistentes por descubrir nuevos niveles de relaciones cósmicas armoniosas. LU 56:10.6