© 1959 William S. Sadler
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La lealtad —la devoción al deber más elevado— ¿es deseable? Entonces el hombre debe caminar entre las posibilidades de traición y de deserción. El valor de la devoción al deber consiste en el peligro implícito de incumplirlo. LU 3:5.12
En la sede del sistema, los maestros seráficos acelerarán aún más tu apreciación de la moralidad cósmica, de las interacciones de la libertad y la lealtad.
¿Qué es la lealtad? Es el fruto de una apreciación inteligente de la fraternidad universal; uno no puede recibir mucho sin dar nada. A medida que ascendéis la escala de la personalidad, primero aprendéis a ser leales, luego a amar, después a ser filiales, y entonces podréis ser libres; pero hasta que no seáis finalitarios, hasta que no hayáis alcanzado la perfección de la lealtad, no podréis daros cuenta por vosotros mismos de la finalidad de la libertad. LU 39:4.10-11
La ley es la vida misma, y no las reglas de su conducta. El mal es una transgresión de la ley, no una violación de las reglas de conducta relacionadas con la vida, que es la ley. La falsedad no es una cuestión de técnica narrativa, sino algo premeditado para desnaturalizar la verdad. LU 48:6.33
La ley es un registro codificado de la larga experiencia humana, la opinión pública cristalizada y legalizada. LU 70:11.6
Hijos míos, ¿no percibís la ley del espíritu, que establece que al que tiene se le dará para que posea en abundancia, pero al que no tiene, incluso lo poco que tiene se le quitará? LU 151:1.4
La licencia disfrazada con los vestidos de la libertad es la precursora de una esclavitud abyecta. LU 54:1.5
De todos los confusos problemas derivados de la rebelión de Lucifer, ninguno ha ocasionado más dificultades que la incapacidad de los mortales evolutivos inmaduros para distinguir entre la verdadera y la falsa libertad.
La verdadera libertad es la búsqueda de los siglos y la recompensa del progreso evolutivo. La falsa libertad es el engaño sutil del error del tiempo y del mal del espacio. La libertad duradera está basada en la realidad de la justicia —la inteligencia, la madurez, la fraternidad y la equidad.
La libertad es una técnica autodestructora de la existencia cósmica cuando su motivación es poco inteligente, incondicional e incontrolada. La verdadera libertad está progresivamente relacionada con la realidad y siempre es respetuosa con la equidad social, la justicia cósmica, la fraternidad universal y las obligaciones divinas.
La libertad es suicida cuando está divorciada de la justicia material, de la equidad intelectual, de la paciencia social, del deber moral y de los valores espirituales. La libertad no existe fuera de la realidad cósmica, y toda realidad de una personalidad es proporcional a sus relaciones con la divinidad.
La voluntad personal sin frenos y la expresión desordenada del yo equivalen a un egoísmo total, al súmmum de la impiedad. La libertad, sin una conquista asociada y cada vez mayor del yo, es un producto de la imaginación humana egoísta. La libertad motivada por el yo es una ilusión conceptual, un cruel engaño. La licencia disfrazada con los vestidos de la libertad es la precursora de una esclavitud abyecta. LU 54:1.1-5
La verdadera libertad es la asociada de la auténtica autoestima; la falsa libertad es la consorte de la admiración de sí mismo. La verdadera libertad es el fruto del autocontrol; la falsa libertad es la pretensión de la reafirmación personal. El autocontrol conduce al servicio altruista; la admiración de sí mismo tiende a explotar a los demás para el engrandecimiento egoísta del individuo equivocado que está dispuesto a sacrificar una justa consecución a fin de poseer un poder injusto sobre sus semejantes. LU 54:1.6
Las llaves del reino de los cielos son la sinceridad, más sinceridad y aún más sinceridad. Todos los hombres poseen estas llaves. Los hombres las utilizan —elevan su estado espiritual— mediante sus decisiones, más decisiones y aún más decisiones. La elección moral más elevada consiste en elegir el valor más elevado posible, y ésta siempre consiste —en cualquier esfera, y en todas ellas— en elegir hacer la voluntad de Dios. LU 39:4.14
La razón es el método de la ciencia; la fe es el método de la religión; la lógica es la técnica que intenta utilizar la filosofía. LU 101:2.2
La razón es la prueba de la ciencia, la fe es la prueba de la religión, la lógica es la prueba de la filosofía, pero la revelación sólo es validada por la experiencia humana. LU 101:2.8
Pero la lógica nunca podrá conseguir armonizar los hallazgos de la ciencia y las percepciones de la religión, a menos que los aspectos científicos y religiosos de una personalidad estén dominados por la verdad, estén sinceramente deseosos de seguir a la verdad dondequiera que los conduzca, sin tener en cuenta las conclusiones a las que los pueda llevar.
La lógica es la técnica de la filosofía, su método de expresión. Dentro del ámbito de la ciencia verdadera, la razón siempre es sensible a la lógica auténtica; dentro del ámbito de la verdadera religión, la fe siempre es lógica cuando es contemplada desde la base de un punto de vista interior, aunque esta fe pueda parecer totalmente sin fundamento desde el punto de vista del enfoque científico, que la contempla desde fuera hacia dentro. Mirando desde fuera hacia dentro, el universo puede parecer material; mirando desde dentro hacia fuera, el mismo universo parece ser totalmente espiritual. La razón surge de la conciencia material, la fe, de la conciencia espiritual, pero gracias a la mediación de una filosofía reforzada por la revelación, la lógica puede confirmar tanto el punto de vista interior como el exterior, estabilizando de este modo tanto a la ciencia como a la religión. Así, a través de un contacto común con la lógica de la filosofía, la ciencia y la religión pueden volverse cada vez más tolerantes la una con la otra, cada vez menos escépticas. LU 103:7.5
La razón es el acto de reconocer las conclusiones de la conciencia en relación con la experiencia en, y con, el mundo físico de energía y de materia. La fe es el acto de reconocer la validez de la conciencia espiritual —algo que no se puede probar humanamente de otra manera. La lógica es la progresión sintética, mediante la búsqueda de la verdad, de la unidad de la fe y la razón, y está basada en los dones mentales constitutivos de los seres mortales, el reconocimiento innato de las cosas, los significados y los valores. LU 103:7.13
La luz —la luminosidad espiritual— es un símbolo verbal, una figura retórica, que implica la manifestación característica de la personalidad de las diversas clases de seres espirituales. Esta emanación luminosa no está relacionada de ninguna manera con el discernimiento intelectual ni con las manifestaciones de la luz física. LU 0:6.9