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La autenticidad de esta oración, aceptada por los editores de Quaracchi, se basa en la autoridad de San Bernardino de Siena [1] y Ubertino da Casale [2], ambos citados por Wadding. La oración se traduce aquí según el texto de Ubertino en su Arbor Vitae Crucifixae, compuesta en La Verna en 1305. [3] Sigue:
Te suplico, oh Señor, que la fuerza ardiente y dulce de tu amor absorba mi alma de todas las cosas que están bajo el cielo, para que yo muera por amor de tu amor, como Tú te dignaste morir por amor de mi amor.