Autor: Halbert Katzen J.D.
En su libro War Against the Weak («Guerra contra los débiles»), Edwin Black explica: «La palabra eugenesia deriva de la palabra griega eu (bueno) y el sufijo -genēs (nacido), y fue acuñado por sir Francis Galton en 1883, quien lo definió como `el estudio de todas las agencias bajo control humano que pueden mejorar o perjudicar la calidad racial de las generaciones futuras’»[1]. Un ejemplo de una definición contemporánea de eugenesia en el diccionario es: «sustantivo (usado con un verbo singular); el estudio o la creencia en la posibilidad de mejorar las cualidades de la especie humana o de una población humana, especialmente por medios tales como desalentar la reproducción por parte de personas que tienen defectos genéticos o que se supone que tienen rasgos hereditarios indeseables (eugenesia negativa) o alentar la reproducción por parte de personas que se supone que tienen rasgos hereditarios deseables (eugenesia positiva)»[2].
La cuestión es si un gen está bien o mal, no si una persona es buena o mala.
A pesar de que El Libro de Urantia tiene comentarios extensos sobre temas relacionados con la eugenesia, la genética y las razas, los autores sólo usan la palabra eugenesia una vez. Para un tema tan controvertido como la eugenesia, esta técnica literaria de usar la palabra una vez refleja un grado notable de previsión, creatividad y atención al detalle. Para sacar de su error a todos los que puedan considerar que la posición de El Libro de Urantia sobre la eugenesia está de acuerdo con su perspectiva general sobre el tema, la palabra aparece en un capítulo sobre la naturaleza del alma en una subsección llamada La vida interior:
Todos los progresos de la verdadera civilización nacen en este mundo interior de la humanidad. Sólo la vida interior es realmente creativa. La civilización difícilmente puede progresar cuando la mayoría de la juventud de una generación cualquiera consagra sus intereses y sus energías a la persecución materialista del mundo sensorial o exterior.
El mundo interior y el mundo exterior tienen un conjunto de valores diferentes. Cualquier civilización está en peligro cuando las tres cuartas partes de su juventud se meten en profesiones materialistas y se dedican a buscar las actividades sensoriales del mundo exterior. La civilización está en peligro cuando la juventud deja de interesarse por la ética, la sociología, la eugenesia, la filosofía, las bellas artes, la religión y la cosmología.
[…]
Puesto que esta vida interior del hombre es verdaderamente creativa, cada persona tiene la responsabilidad de elegir si esta creatividad será espontánea y totalmente fortuita, o si estará controlada, dirigida y será constructiva. Una imaginación creativa, ¿cómo puede producir resultados valiosos, si el escenario sobre el que actúa ya está ocupado por los prejuicios, el odio, los miedos, los resentimientos, la venganza y los fanatismos?
Las ideas pueden tener su origen en los estímulos del mundo exterior, pero los ideales sólo nacen en los reinos creativos del mundo interior. Las naciones del mundo están dirigidas actualmente por hombres que tienen una superabundancia de ideas, pero que carecen de ideales. Ésta es la explicación de la pobreza, los divorcios, las guerras y los odios raciales.
El problema es el siguiente: si el hombre con libre albedrío está dotado en su fuero interno de los poderes de la creatividad, entonces tenemos que reconocer que la libre creatividad contiene el potencial de la libre destructividad. Y cuando la creatividad se orienta hacia la destructividad, os encontráis cara a cara con las devastaciones del mal y del pecado —opresiones, guerras y destrucciones. […] [3]
Al enfatizar los problemas relacionados con la juventud, resulta más conmovedor si cabe el único uso de la palabra eugenesia. Pero este no es el contexto principal en el que se usa la palabra. Los autores de El Libro de Urantia colocaron la única mención a la eugenesia cerca del final de cinco capítulos que se centran en el contexto más amplio de cómo nuestra relación con Dios impacta en el crecimiento de nuestra alma. Los autores contrastan la consideración creativa y socialmente útil de la eugenesia con nuestros apegos incivilizados, destructivos e inapropiados a cosas como «los prejuicios, el odio, los miedos, los resentimientos, la venganza y los fanatismos». Su comentario no sólo afirma el potencial para el progreso humano, sino que también enfatiza la responsabilidad personal que cada uno tiene de participar sabiamente en el proceso del progreso cultural. En la misma sección que anima a aplicarnos al tema de la eugenesia, «la opresión, la guerra y la destrucción» son rechazadas como mecanismo para el cambio social.
El Libro de Urantia enfatiza cómo la eugenesia afecta nuestra alma, cómo la eugenesia expresa la voluntad de trabajar hacia nuestros ideales de servicio como ciudadanos terrenales. Ninguno de los aspectos físicos de la eugenesia se aborda en esta sección del libro. Los autores simplemente dejan claro que, cualesquiera que sean los hechos físicos sobre este tema, la eugenesia no debe convertirse en una excusa para el maltrato o el odio hacia los demás.
Para algunas personas, la palabra eugenesia es una palabra nefasta. Horrorizados por cómo ha actuado la humanidad en el pasado, intentan redefinir la palabra de una manera que sea inconsistente con su significado original y la definición del diccionario; exigen que la palabra eugenesia se transforme en algo inapropiado y malvado por definición. Otras personas pueden aceptar nominalmente la definición «técnica», pero exhiben una opinión tan baja de la humanidad que la palabra se vuelve «culpable por asociación» sin importar quién la use o cómo.
Por muy bien intencionada que sea una persona en su intento por redefinir la palabra eugenesia, la sabiduría de tal esfuerzo justifica el escrutinio. La primera víctima en las guerras lingüísticas sobre la definición de términos con demasiada frecuencia no es sólo la muerte de las ideas, sino peor, es la muerte del pensamiento creativo y progresivo. Convertir la eugenesia en un palabra nociva, redefinirla de una manera contraria a su definición original y del diccionario, no es más que un intento transparente, basado en el miedo y una baja opinión sobre la humanidad, de hacer ciertos pensamientos «impensables» y eliminar el pensamiento progresivo y creativo. Por lo general, el siguiente paso para acabar con la conversación es fingir que la nueva definición «políticamente correcta» de eugenesia es la única o la correcta. Tales afirmaciones se convierten en la justificación para malinterpretar cualquier cosa escrita que use la definición original del diccionario. Tales tácticas son, por supuesto, intelectualmente deshonestas e indican la incapacidad de pensar fuera del propio sistema de creencias o la tergiversación intencional de la perspectiva de otras personas.
Si se permite que tales atrocidades se conviertan en la justificación para rechazar la eugenesia, entonces seremos cómplices de destruir nuestra capacidad de pensar y de comunicarnos con claridad.
Si alguien usa intencionalmente un martillo para atacar a otra persona sin causa, ¿esto hace que el martillo sea un objeto pernicioso? ¿Los martillos se convierte en algo que debiera prohibirse si cierto número de personas resultan heridas con ellos —intencionalmente o no, con buenas o malas intenciones? Un grupo suficientemente grande de personas que usan martillos con motivaciones de odio y con fines destructivos ¿haría que los martillos fueran considerados peligrosos y justificara la prohibición de los martillos?
¿Qué pasaría si la gente rechazara la palabra democracia y su significado etimológico porque en el pasado los gobiernos hayan rechazado la participación política basada en la raza y el género? ¿Estaríamos mejor si los principios subyacentes e inherentes de la democracia no se desarrollaran progresivamente porque las expresiones iniciales fueron deficientes (según los estándares actuales)? ¿Por qué permitimos que la democracia evolucione en una dirección positiva pero no la eugenesia?
Escribir sobre circunstancias inmediatas para una audiencia contemporánea es más fácil que escribir para múltiples generaciones de lectores sobre temas que están en curso. Existen ciertos desafíos para los autores que optaron por dirigirse a un público más amplio con respecto a temas que pueden cambiar considerablemente de generación en generación. Con temas sensibles, incluso cuando uno solo se dirige a los contemporáneos, los significados intencionados a menudo se malinterpretan. Y lo que es aceptado por permisividad a una generación puede ser completamente malentendida por las generaciones futuras.
El Libro de Urantia está destinado a un público multigeneracional. Afirma ser una revelación de época, destinada a «revelar la verdad y coordinar el conocimiento fundamental» para las generaciones venideras[4]. No solo está aquí para afirmar nuestro mejor pensamiento, sino también para avanzar. Como una revelación de época, está diseñado para estimular un mejor pensamiento en un amplio espectro de disciplinas y durante un período prolongado de tiempo.
Hablar desde este tipo de perspectiva autoritativa puede ser muy desagradable para algunas personas. No obstante, los autores escriben de manera consistente con sus afirmaciones reveladoras y ponen su credibilidad en esa línea al declarar que «los hechos históricos […] permanecerán en los anales de las épocas venideras»[5]. Documentar el apoyo a esta declaración es, por supuesto, el enfoque del proyecto UBtheNEWS. Debido a que la audiencia de El Libro de Urantia es multigeneracional y los temas de eugenesia son multigeneracionales, los autores nos hablan apropiadamente en un lenguaje sencillo.
Cuando se trata de eugenesia, necesitamos sentirnos cómodos usando la misma terminología con los seres humanos que usaríamos con otros animales. Por muy bien intencionada que sea, la falta de inclinación a utilizar una terminología nos invita consistentemente a la ambigüedad y a la mala interpretación. Lo último que necesita este tema es un conjunto completamente nuevo de palabras para decir exactamente las mismas cosas sobre la fisiología humana que, por otra parte, sería perfectamente aceptables decirlas sobre los animales no humanos.
La base objetiva para la eugenesia está bien establecida y reconocida siempre que la discusión esté reservada para animales no humanos. Según El Libro de Urantia, incluso el hombre primitivo tenía suficiente sentido común para notar la naturaleza e importancia de la eugenesia. En la sección «La endogamia y la exogamia» del capítulo titulado «La evolución del matrimonio», dice:
Los salvajes observaron muy pronto que las mezclas raciales mejoraban la calidad de la descendencia. No se trataba de que la endogamia fuera siempre mala, sino que la exogamia era siempre comparativamente mejor; por eso las costumbres tendieron a cristalizar la restricción de las relaciones sexuales entre los parientes cercanos. Se reconoció que la exogamia acrecentaba enormemente las oportunidades selectivas para la variación y el progreso evolutivos. Los individuos nacidos de matrimonios exogámicos eran más polifacéticos y tenían una mayor capacidad para sobrevivir en un mundo hostil; los engendrados por endogamia, así como sus costumbres, desaparecieron gradualmente. Todo esto se desarrolló lentamente; los salvajes no razonaban conscientemente sobre estos problemas. Pero los pueblos progresivos posteriores sí lo hicieron, y observaron también que la endogamia excesiva a veces provocaba una debilidad generalizada.
Aunque una endogamia con buenos linajes produjo a veces la formación de fuertes tribus, los casos espectaculares de los malos resultados observados en la endogamia de los anormales hereditarios se grabaron con más fuerza en la mente de los hombres, lo que provocó que las costumbres progresivas formularan cada vez más tabúes contra todos los matrimonios entre parientes cercanos. [6]
El Libro de Urantia enseña: «Se debería fomentar el hombre normal; él es la espina dorsal de la civilización y la fuente de los genios mutantes de la raza»[7]. Las citas proporcionadas más adelante en este informe brindarán apoyo adicional a este tema: las declaraciones de El Libro de Urantia sobre la eugenesia son incompatibles con los postulados de una «raza superior». Simplemente afirma lo que los criadores de animales domésticos descubrieron hace mucho tiempo: la endogamia excesiva tiende a socavar la salud general de un animal y, en algunos casos, produce resultados absolutamente terribles. El cruce de individuos promedio o por encima del promedio respalda el desarrollo robusto de varios rasgos deseables. El animal humano no es diferente a este respecto.
Ahora sabemos que estos problemas hereditarios tienen que ver con la naturaleza de los genes y cómo se transmiten de una generación a la siguiente. Y aunque la afirmación de El Libro de Urantia de que «el salvaje» descubrió esto hace mucho tiempo puede ser algo que no es demostrable, claramente, los practicantes de la cría de animales reconocieron estos problemas obvios mucho antes de la era científica.
Los valores progresivos no pueden ser verdaderamente progresivos si conducen a la negación de los hechos. Negar los hechos de la ciencia retrasa nuestro crecimiento personal y nuestro desarrollo colectivo. Es una tragedia irónica que quienes trabajan para combatir la intolerancia racial también trabajen a menudo en contra de la implementación de prácticas eugenésicas humanas, justas, equitativas y democráticamente establecidas que con toda probabilidad ayudarían a reducir, si no eliminar, a las prácticas eugenésicas intolerantes, violentas, coercitivas, y no democráticas que se han desarrollado en el pasado y continúan en la actualidad.
Si queremos poner fin al fanatismo racial debemos reconocer la diferencia entre eugenesia y fanatismo racial. El incumplimiento de esta distinción es contraproducente.
El Libro de Urantia enseña: «Sólo aquellos que se enfrentan con los hechos y los adaptan a sus ideales pueden conseguir la sabiduría. La sabiduría engloba los hechos y los ideales, y por eso salva a sus adeptos de los dos extremos estériles de la filosofía —el hombre cuyo idealismo excluye los hechos, y el materialista desprovisto de perspectiva espiritual»[8].
Edwin Black, War Against the Weak: Eugenics and America’s Campaign to Create a Master Race, Dialog Press, 2003, p. 18. ↩︎
Dictionary.com Unabridged; basado en Random House Dictionary, Random House Inc., 2010. ↩︎
LU 111:4.3,4,9-11. Énfasis de la palabra eugenesia añadido. ↩︎