EN el nombre del Dios misericordioso y compasivo.
En verdad, enviamos a Noé a su pueblo: «Advierte a tu pueblo antes de que les sobrevenga un doloroso castigo».
Dijo: “¡Oh pueblo mío! En verdad, yo soy para vosotros un amonestador evidente, para que sirváis a Dios, le temáis y me obedezcáis. Él os perdonará vuestros pecados y os aplazará hasta un tiempo señalado; en verdad, el tiempo señalado de Dios [p. 303] cuando llegue no se aplazará, ¡si lo supierais!
[5] Dijo: «¡Señor mío! He llamado a mi pueblo de noche y de día, y mi llamada no hizo más que aumentar su huida. Y, en verdad, cada vez que los llamaba para que Tú los perdonaras, se tapaban los oídos y trataban de cubrirse con sus ropas, pero persistían y eran muy orgullosos. Entonces los llamé públicamente, les hice saber y les hablé en secreto y les dije: «Pedid perdón a vuestro Señor, en verdad, Él es muy indulgente. [10] Enviará sobre vosotros la lluvia a torrentes, os concederá riquezas e hijos, os hará jardines y os hará correr ríos. ¿Qué os pasa que no esperáis algo serio de Dios, cuando Él os ha creado por etapas? ¿No veis cómo Dios ha creado los siete cielos en historias, [15] y ha puesto en ellos la luna como luz y el sol como lámpara? y Dios os ha hecho crecer de la tierra, y luego os hará volver a ella, y os hará salir de ella; y Dios os ha hecho la tierra una alfombra para que andéis por ella en sendas anchas.”’
[20] Dijo Noé: «¡Señor mío! En verdad, se han rebelado contra mí y han seguido a aquel cuyas riquezas e hijos no han hecho más que aumentar su pérdida, y han tramado un gran complot, y han dicho: «No abandonaréis a vuestros dioses; no abandonaréis a Wadd, ni a Suwâ’h, ni a Ya_g_hûTH, ni a Ya’ûq, ni a Nasr [1]. y extraviaron a muchos». Y tú
[p. 304] (Mahoma) sólo aumentará a los injustos en su error—[25] a causa de sus pecados fueron ahogados y hechos entrar en el fuego, y no encontraron ayudantes contra Dios!
Y Noé dijo: ¡Señor mío! No dejes sobre la tierra a un solo morador de los incrédulos. En verdad, si los dejaras, extraviarían a Tus siervos y sólo tendrían hijos pecadores e incrédulos. ¡Señor mío! Perdóname a mí y a mis dos padres, y a quien entre en mi casa creyendo, y perdona a los creyentes y a las creyentes, pero sólo aumentarás la pérdida de los injustos.
303:2 Para estos cinco ídolos, véase Introducción, pág. xii. ↩︎