EN el nombre del Dios misericordioso y compasivo.
Un hombre que pregunta [1] pidió el tormento que debe sobrevenir a los incrédulos; no hay forma de repelerlo; de Dios, el Señor de los ascensos [2], por el cual ascienden los ángeles [p. 301] y el Espíritu a Él en un día cuya duración es de cincuenta mil años [3].
[5] Por tanto, tened paciencia con justa paciencia; en verdad, ellos lo ven como de lejos, pero nosotros lo vemos de cerca!
El día en que el cielo será como bronce fundido, y las montañas serán como rebaños de lana; [10] cuando ningún amigo cálido cuestionará a su amigo; se mirarán el uno al otro, y el pecador de buena gana daría como rescate del tormento de ese día a sus hijos y a su compañera, y a su hermano y a sus parientes que están a su lado, y a todos los que están en la tierra, para que aún pudiera rescatarlo.
[15] ¡No, en verdad, es una llama que arrastra el cuero cabelludo! ¡Llamará a los que se retiraron y dieron la espalda y a los que acumularon y atesoraron!
En verdad, el hombre es por naturaleza temerario [4]! [20] cuando el mal le toca, muy impaciente; cuando el bien le toca, avaro; todos excepto los que oran, que permanecen en sus oraciones, y en cuya riqueza hay un derecho razonable (apartado) [25] para quien pide y para quien se le impide pedir, y los que creen en un día del juicio, y los que se acobardan ante el tormento de su Señor; ciertamente, el tormento de su Señor no es seguro; y los que guardan sus partes privadas, [30] excepto sus esposas o las (esclavas) que poseen sus diestras, porque no son culpables; pero quienes deseen más de esto, ésos son los transgresores. Y quienes observan sus confianzas y sus pactos, y los que son rectos en sus testimonios, y los que observan sus oraciones, [35] ésos morarán en jardines honrados.
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¿Qué les pasa a los incrédulos que se apresuran delante de ti, apiñándose a la derecha y a la izquierda? [5] ¿Acaso todos ellos desean entrar en el jardín del placer?
No, los creamos de lo que saben!
[40] Y no necesito jurar por el Señor de los orientes y los occidentes [6]; en verdad, ¡podemos cambiarlos por otros mejores, y no se nos impide!
Así que déjenlos sumergirse en la discusión y jugar hasta que llegue ese día que se les amenaza, el día en que saldrán a toda prisa de las tumbas, como si se reunieran en un estandarte, con sus miradas avergonzadas; ¡la mezquindad los cubrirá entonces! ¡Ese es el día que se les prometió!
300:1 Se dice que la persona a la que se hace referencia fue Abu _G_ahl, quien desafió a Mahoma a hacer que una porción del cielo cayera sobre ellos, ver Capítulo XXVI, versículo 187, p. 97, o un tal Na.dhr ibn el ‘Hâreth, quien dijo del Islam: «Si esta es la verdad que viene de Ti, ¡entonces haz llover sobre nosotros piedras del cielo!» ↩︎
300:2 O bien escalones por los cuales las oraciones de los justos o de los ángeles ascienden al cielo; o la palabra puede referirse a los diversos grados de los ángeles, o a los siete cielos mismos. Véase Introducción, p. lxx. ↩︎
301:1 Cf. Capítulo XXXII, versículo 4, pág. 135. ↩︎
301:2 Cf. Capítulo XVII, versículo 12, pág. 2. ↩︎
302:2 Es decir, del este y del oeste; o de los diversos puntos del horizonte en los que el sol sale y se pone a lo largo del año. ↩︎