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CAPÍTULO II., Versículo 1.—En el nombre del Dios Misericordioso y Compasivo
Ése es el Libro, en el que no hay duda; una guía para los piadosos, que creen en lo oculto, que son constantes en la oración y que gastan en limosna lo que les hemos dado; que creen en lo que te ha sido revelado y en lo que te fue revelado antes, y que están seguros de la otra vida. Ésos están bajo la guía de su Señor, y éstos son los prósperos.
Capítulo VI, Versículo 109.—Juraron por Dios con su más enérgico juramento, que si les llegase una señal, en verdad creerían en ella. Di: «Las señales sólo están en las manos de Dios: pero ¿qué os hará entender que, incluso cuando haya llegado una, no creerán?»
(110).—Volveremos sus corazones y sus visiones, tal como ellos no creyeron al principio; y los dejaremos, en su rebelión, vagando ciegamente.
Y si les hubiéramos enviado ángeles, o los muertos [p. 28] les hubieran hablado, o les hubiéramos reunido todo en ejércitos, no habrían creído a menos que a Dios le agradara, pero la mayoría de ellos son ignorantes.
Así que hemos creado para cada profeta un enemigo, demonios humanos y genios; algunos de ellos inspiran a otros con palabras engañosas para extraviarlos; pero si tu Señor hubiera querido, no lo habrían hecho; así que déjalos con lo que traman.
Y que los corazones de los que no creen en el más allá lo escuchen; y que se sientan bien satisfechos con ello; y que obtengan lo que puedan ganar!
¿A otro que a Dios voy a pedir un decreto, cuando es Él quien os ha revelado el Libro en detalle, y quienes a quienes les dimos el Libro saben que ha sido revelado de tu Señor con la verdad? ¿No eres, pues, de los que dudan?
(115).—Las palabras de tu Señor se cumplen en verdad y justicia; no hay nadie que cambie Sus palabras, porque Él oye y sabe.
Capítulo VII, Versículo 201.—¿No deberías traerles una señal? Dicen: «¿Aún no has elegido una?» Di: «Sólo sigo lo que me inspira mi Señor. Éstas son percepciones de mi Señor, y una guía y una misericordia para un pueblo que cree».
Y cuando se lea el Corán, escuchadlo y guardad silencio; quizá obtengáis misericordia.
Capítulo X, Versículo 38.—Este Corán no pudo haber sido inventado por nadie más que Dios; pero verifica lo que había antes de él, y detalla el Libro—no hay duda en ello—del Señor de los mundos.
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¿Dicen: «Él lo ha ideado?» Decid entonces: «Traed un versículo como éste, e invocad, si podéis, a otro que no sea Dios, si decís la verdad».
Capítulo XVII, Versículo 90.—Di: «Si los hombres y los genios se unieran para traer algo parecido a este Corán, no podrían traerlo, aunque se apoyaran mutuamente».
Hemos recurrido a los hombres en este Corán a cada parábola, pero la mayoría de los hombres se niegan a aceptarlo, salvo de manera ingrata.
Y ellos dicen: «No creeremos en ti hasta que brote para ti una fuente de la tierra; o se te haga un jardín de palmeras y uvas, y de entre ellos broten ríos; o hagas que el cielo caiga sobre nosotros en pedazos; o nos traigas a Dios y a los ángeles delante de nosotros; (95) o se te haga una casa de oro; o subas al cielo; y aun así no creeremos en tu ascenso allí, hasta que nos envíes un libro para que podamos leer».
Capítulo XLI., Versículo 1.—En el nombre del Dios Misericordioso y Compasivo.
Una revelación del Misericordioso, el Compasivo; un libro cuyos signos son detallados; un Corán árabe para un pueblo que sabe; un heraldo de buenas nuevas y una advertencia.
Capítulo LIII., Versículo 1.—En el nombre del Dios Misericordioso y Compasivo.
Por la estrella cuando cae, tu camarada no se equivoca, ni se engaña! ni habla por lujuria! No es más que una inspiración inspirada! (5) Uno poderoso en poder le enseñó, dotado de sano entendimiento, y apareció, estando él en el tramo más elevado.