Vino, juegos, alimentos y usura, infanticidio, malos tratos a los huérfanos | Página de portada | Proselitismo |
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CAPÍTULO IV., Versículo 3.—Cásense con la que les parezca mejor de las mujeres, de dos en dos, de tres en tres, de cuatro en cuatro; y si temen que no puedan ser equitativos, entonces sólo con una, o con lo que posea su mano derecha. (*) [1] Eso los mantiene más cerca de no ser parciales.
Capítulo XXXIII., Versículo 49.—¡Oh profeta! En verdad, te hacemos lícitas tus esposas a las que has dado su dote, y lo que tu diestra posee del botín que Dios te ha concedido.
Capítulo II, Versículo 226.—Los que juran separarse de sus mujeres deben esperar cuatro meses; pero si rompen su voto, Dios es indulgente y misericordioso.
Y si quieren divorciarse de ellos, en verdad, Dios oye y sabe.
El divorcio (puede ocurrir) dos veces; entonces mantenlos en la razón, o déjalos ir con bondad. No te es lícito tomar de ellos nada de lo que les has dado, a menos que ambos teman que no pueden mantenerse dentro de los límites de Dios.
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(230).—Pero si él la divorcia (por tercera vez) ella no será legítima para él después de eso, hasta que se case con otro marido; pero si él también la divorcia, no es crimen que ambos se vuelvan a juntar, si piensan que pueden mantenerse dentro de los límites de Dios. Estos son los límites de Dios que Él explica a un pueblo que sabe.
Cuando os divorciéis de vuestras mujeres, y ellas hayan llegado al tiempo prescrito, entonces mantenedlas benignamente, o dejadlas ir en la razón, pero no las tengáis por la fuerza para que transgredan; porque quien hace eso, es injusto con su propia alma.
No es un crimen en vosotros si os divorciáis de vuestras mujeres antes de haberlas tocado o de haberles hecho un arreglo. Pero proveedles de manutención: el rico según su poder, y el necesitado según su poder, deben proveer razonablemente; es un deber de esta clase.
Y si os divorciáis de ellas antes de haberlas tocado, pero ya les habéis fijado un finiquito, la mitad de lo que habéis fijado, a no ser que ellas lo perdonen, o aquel en cuya mano está el vínculo matrimonial lo perdone; y que vosotros perdonéis está más próximo a la piedad, y no olvidéis la liberalidad entre vosotros. En verdad, Dios mira lo que hacéis.
Y las mujeres divorciadas deben tener un mantenimiento en la razón—un deber esto sobre aquellos que temen.
Capítulo IV., Versículo 24.—Pero si queréis cambiar una mujer por otra, y le habéis dado a una de ellas un talento, entonces no toméis de él nada.
Capítulo XXXIII., Versículo 46.—¡Oh vosotros los que creéis!
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cuando os casáis con mujeres creyentes y luego os divorciáis de ellas antes de haberlas tocado, no tenéis ningún plazo que debáis observar; así que hacedles alguna provisión y dejadlas ir generosamente en libertad.
Capítulo LXV., Versículo 2.—Y cuando hayan llegado a su tiempo señalado, entonces retenedlos con bondad, o separádlos de ellos con bondad; y traed como testigos hombres de equidad de entre vosotros; y dad testimonio recto de Dios. Esto es lo que Él amonesta a quien cree en Dios y en el último día; y a quien teme a Dios, Él le hará un (feliz) desenlace, y le proveerá de lo que no esperaba.
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67:* Esas son esclavas. ↩︎