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CAPÍTULO II., Versículo 189.—Pero combatidlos para que no haya sedición, y que la religión sea la de Dios; pero si desisten, entonces que no haya hostilidad salvo contra los injustos.
Capítulo III, Versículo 163.—No consideréis muertos a los que son asesinados en el camino de Dios, sino que viven con su Señor; provistos, regocijándose en lo que Dios les ha traído de Su gracia, y estando contentos por aquellos que aún no los han alcanzado—aquellos que quedaron atrás; no hay temor por ellos, y no serán afligidos, (165) contentos por el favor de Dios y la gracia, y porque Dios no desperdicia la renta de los creyentes.
Capítulo XLVIII., Versículo 16.—“Seréis convocados contra un pueblo dotado de valor vehemente, y lucharéis contra ellos o se convertirán en musulmanes. Y si obedecéis, Dios os dará una buena recompensa; pero si le dais la espalda, como le dijisteis antes, Él os atormentará con un dolor terrible! "
Impreso por Hazeel, Watson & Viney, Ld., Londres y Aylesbury.