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DESCENDIENDO a la tierra,
Esa extraña embriagadora belleza del mundo invisible
Acecha en los elementos de la Naturaleza.
Y el alma del hombre,
¿Quién ha alcanzado el justo equilibrio,
Tomando conciencia de esta alegría oculta,
Inmediatamente se enamora y hechizado.
Y de este matrimonio místico nacen
Las canciones de los poetas, el conocimiento interior,
El lenguaje del corazón, la vida virtuosa,
Y la bella niña Belleza.
Y la Gran Alma da al hombre como dote
La gloria oculta del mundo.
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DESDE el mundo invisible desciende
Belleza celestial,
Y planta su bandera en la ciudad
De terrenal justicia,
Arrojando el conjunto del mundo en confusión;
Ahora cabalgando el corcel de la hermosura,
Ahora blandiendo la espada de la elocuencia,
Y todos por igual se inclinan,
Santos y reyes, derviches y profetas,
Influenciado por el encanto de la fascinación de la Belleza.
¿DE DÓNDE el encanto de una cara hermosa?
No solo belleza terrenal
Puede seducirnos tanto con su belleza.
Tal vez vemos en esto, como en un espejo nublado,
El lejano y tenue reflejo del rostro perfecto.
Y estos sentimientos profundos de deleite y asombro
Sólo puede surgir de la Única Belleza Verdadera,
Porque en la Perfección Divina no hay otro compañero.
No es todo deseo y lujuria lo que tienta los corazones de los hombres con anhelo.
… El mal aparece pero como el otro lado de la Verdad.