1. Sus hermanos lo vieron bajar y corrieron hacia él. Se apresuraron a santificar sus manos y pies con la fuente. Tomaron los cepillos y los tenedores y subieron a la cima del altar. Los miembros y los rediles [^531] (de los sacrificios) que no se consumieron durante la noche, los trasladaron a un lado del altar. Si los lados no los contenían, los colocaban en un armario al subir.
2. Comenzaron a subir las cenizas a la cima del montón, [^532] y el montón estaba en medio del altar. A veces había sobre él unos trescientos cors; [^533] pero en las festividades no retiraban las cenizas, pues eran un honor para el altar. El sacerdote nunca era perezoso al retirar las cenizas.
3. Los sacerdotes comenzaron a traer los haces de leña para preparar el fuego de preparación en el altar. “¿Se permitía, entonces, toda la leña para la preparación?” “Sí, se permitía toda la leña para el fuego de preparación, excepto la de olivo y la de vid. Pero preferían estas: ramas de higuera, de nogal y de pino.”
4. Los sacerdotes dispusieron el gran fuego de preparación hacia el este, y luego abrieron una abertura hacia el este, de modo que las cabezas de los haces de leña que estaban dentro tocaran el montón del altar. Y se hizo una división entre los haces de leña para que los sacerdotes pudieran encender allí las astillas.
5. El sacerdote escogió de los haces de leña la mejor madera de higuera para preparar el segundo fuego de preparación para el incienso, frente al cuerno occidental, hacia el sur. Lo extendió desde el cuerno hacia el norte cuatro codos, calculando cinco seahs [^534] de brasas, y el sábado calculó ocho seahs de brasas. Allí colocaron las dos copas de incienso del pan de la proposición. Los miembros y redaños (de los sacrificios) que no se consumieron en el fuego durante la noche fueron devueltos por los sacerdotes al gran fuego de preparación. Encendieron ambas preparaciones con fuego; luego, bajaron y entraron en la cámara de piedra labrada. [^535]