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1. Aquel cuyo difunto yace ante él está exento de recitar el Shemá, de la oración y de las filacterias. [1] Quienes llevan el féretro, quienes los ayudan, quienes ayudan al socorro, quienes van delante del féretro y quienes lo siguen, y quienes son requeridos para el féretro, están exentos de recitar el Shemá. Pero quienes no son requeridos para el féretro están obligados a recitarlo. Ambos están exentos de la oración.
2. Cuando hayan enterrado a los muertos y regresen, si tienen tiempo de comenzar y terminar (el Shemá) antes de llegar a las filas (de dolientes), deben comenzar; si no, no deben comenzar. De quienes se encuentran en las filas, los dolientes internos están exentos, pero los externos están obligados a recitar el Shemá.
3. Las mujeres, los esclavos y los niños están exentos de recitar el Shemá y también de las filacterias; pero están obligados a realizar la oración, la señal en el poste de la puerta y la bendición después de comer.
4. Un hombre en su impureza legal debe meditar en su corazón sobre el Shemá, pero no debe bendecir antes ni después. Después de comer, bendice, pero no antes. R. Judá dice: «Bendice tanto antes como después».
Si alguien está de pie en oración y recuerda que está impuro, no debe detenerse, sino acortar la oración. Si ha bajado al agua (para bañarse), [2] y puede subir, vestirse y recitar el Shemá antes del amanecer, debe subir, vestirse y recitarlo. Pero no debe cubrirse con agua sucia ni con agua que contenga materia en solución, a menos que le haya vertido agua limpia. “¿A qué distancia debe mantenerse del agua sucia o del excremento?” “Cuatro codos”.
6. El hombre con flujo menstrual, la mujer con flujo menstrual durante la separación, y quien percibe la necesidad de separarse, requieren el baño. Pero R. Judah los exime.