1. Sacudió la urna y sacó dos suertes: una estaba escrita «por el Nombre» y la otra «por Azazel». [^209] El Sagán estaba a su derecha, y el Jefe de los Padres a su izquierda. Si «por el Nombre» salía en su mano derecha, el Sagán le decía: «Mi Señor Sumo Sacerdote, levanta la mano derecha»; y si «por el Nombre» salía en su izquierda, el Jefe de los Padres le decía: «Mi Señor Sumo Sacerdote, levanta la mano izquierda». Los colocó sobre los dos machos cabríos y dijo: «Porque el Señor es la ofrenda por el pecado». R. Ismael dijo: «No era necesario mencionar la ofrenda por el pecado», sino «por el Señor». Y ellos respondieron después de él: «Bendito sea el Nombre. El honor de su reino por los siglos de los siglos».
2. Torció una lengua [^210] brillante sobre la cabeza del macho cabrío que iba a ser enviado, y lo colocó frente a la puerta por donde debía ser enviado. Y al que iba al matadero lo colocó frente al matadero. Él mismo se acercó a su novillo por segunda vez, le impuso ambas manos e hizo confesión, y así dijo:
Te suplico, oh Nombre, que haya cometido iniquidad, haya transgredido, haya pecado ante ti. Yo, mi casa y los hijos de Aarón, tu pueblo santo. Te suplico, oh Nombre, que perdones las iniquidades, transgresiones y pecados que he cometido perversamente, transgredido y pecado ante ti, yo, mi casa y los hijos de Aarón, tu pueblo santo, como está escrito en la ley de Moisés, tu siervo, que en este día él hará expiación por vosotros, purificándoos de todos vuestros pecados: «Delante del SEÑOR. Seréis puros». Y ellos respondieron: «Bendito sea el Nombre. La honra de su reino por los siglos de los siglos».
3. Lo degolló, recogió su sangre en un cuenco y se la dio a quien la mezcló sobre la cuarta plataforma del Santuario para que no se congelara. Tomó el incensario, subió a la cima del altar, rastrilló las brasas aquí y allá y las recogió de las brasas interiores. Bajó y lo colocó sobre la cuarta plataforma del atrio.
4. Todos los días recogía los carbones con uno de plata y los vertía en uno de oro, pero hoy los recogía con uno de oro y entraba con él. Todos los días los recogía con uno de cuatro cabs [^211] y los vertía en uno de tres cabs. Pero hoy los recogía con uno de tres cabs, y con él entraba. El rabino José dijo: «Todos los días recogía con uno que contenía un seah [1] y lo vertía en uno de tres cabs. Pero hoy recogía con uno de tres cabs, y con él entraba. Todos los días era pesado, pero hoy era ligero. Todos los días su mango era corto, pero hoy largo. Todos los días era oro verde; hoy rojo». Palabras del rabino Menajem: «Todos los días ofrecía media libra por la mañana y media libra por la tarde, pero hoy añadía su puñado. Todos los días era fino; pero hoy lo más fino de lo fino».
5. Todos los días los sacerdotes subían por el este y descendían por el oeste. Pero hoy el Sumo Sacerdote subía por el centro y descendía por el centro. R. Judah dijo: «El Sumo Sacerdote siempre subía por el centro y descendía por el centro». Todos los días el Sumo Sacerdote santificaba sus manos y sus pies con la fuente; pero hoy con la palangana de oro. R. Judah dijo: «El Sumo Sacerdote siempre santificaba sus manos y sus pies con la palangana de oro». [ p. 127 ] 6. «Todos los días había cuatro filas [2] de fogones; pero hoy cinco». Palabras de R. Meier. Rabí Joseph dijo: «Todos los días tres; pero hoy cuatro». Rabí Judah dijo: «Todos los días dos; pero hoy tres».
125:1 AV «Chivo expiatorio», o para el «diablo». Otros traducen «completamente eliminado» en referencia a los pecados del pueblo, o para «la dura montaña», y otros al «demonio de los lugares áridos». Sin embargo, algunos creen que Azazel es el ángel caído mencionado en el Libro de Enoc, e idéntico a Sammael, el ángel de la muerte. Símaco traduce «el macho cabrío que se va». Teodoción traduce «el macho cabrío despedido». Áquila, «el macho cabrío liberado». La LXX y Josefo entienden por el término «el que aparta los males», y la Vulgata «el que envía al enemigo». ↩︎
125:2 Un trozo de lana escarlata en forma de lengua. ↩︎