1. La sexta pregunta es la que formulas así: ¿Por qué somos los hombres creados para el mundo y qué es necesario que hagamos en él?
2. La respuesta es esta: incluso en la respuesta a una pregunta adjunta [1] está escrito que las criaturas son alcanzadas para [2] la justicia y el cumplimiento de lo que es deseable para el creador; y para preparar completamente lo ilimitado y el progreso virtuoso de las criaturas, cuya angustia es como el miedo, existe la renovación incomparable (abrâdarvatô) del universo.
3. Y esa preparación surge del predominio absoluto del creador y la ausencia del demonio, como se dice en la revelación: «En ese momento, yo, que soy Aûharmazd, me vuelvo completamente predominante; en nada [ p. 26 ] predomina el espíritu maligno». 4. Y también sobre el buen procedimiento de la creación de las criaturas se relata así: «Feliz soy cuando las criaturas son creadas por mí, y según cualquier deseo mío me ceden la soberanía, y también llegan a la soberanía cuando las he creado para la realización de lo deseable para la expresión de lo que es la soberanía».
5. Y es necesario que nos volvamos así en el mundo para que la suprema soberanía del creador se mantenga más amigable con nosotros, sus verdaderos sirvientes. 6. El camino hacia ese verdadero servicio se conoce a través de la sabiduría, se cree (vâvarî-aîtŏ) a través de la verdad, y se utiliza a través de la bondad; y el camino de la excelencia más particularmente conduce a él. 7. Y para poner al buen espíritu correctamente en el lugar del pensamiento se toma deliberadamente y deberían dejarlo deliberadamente_ [3], como se dice en la revelación que Aûharmazd habló a Zaratûst así: «Deberías ayudar a Vohûman con tus facultades espirituales puras (ahvŏ), para que puedan hacerlo completamente bienvenido; Porque cuando asistas a Vohûman con tus facultades espirituales puras, de modo que lo hagan plenamente bienvenido, comprenderás plenamente los dos caminos, el que es buena conducta, y el que es también mala conducta.»