1. En cuanto a la sexagésima novena pregunta y respuesta, lo que preguntas es esto: ¿Qué son estos lechos de ríos [1], y cuál es su causa; de dónde surgen siempre, y por qué no hay un lecho de río en todas partes y en cada lugar donde no hay montaña?
2. La respuesta es esta: cualquier lugar donde no se distingue una montaña y existe el lecho de un río, es una fisura (askûpŏ); y se declara claro que, incluso antes del crecimiento de las montañas, cuando la tierra era una llanura, por la sacudida del mundo, el mundo entero se rasgó (zandakŏ) [2]. 3. Incluso [ p. 214 ] Frâsîyâv de Tûr [3] era especialmente poderoso al causar la construcción de canales (vidarg) allí donde es montañoso, y también en tierras bajas [4], en las que no hay montañas, y el temblor en su creación fue la formación de grandes manantiales hundidos [5] y lechos de ríos. 4. Y si ha sido preparado en, o si está en un barranco (sikaftŏ) de, las montañas, la causa, también, de la contracción, estruendo y desgarro de un río, si su confinamiento está en la tierra, es la resistencia que encuentra al buscar un paso; y como es un manantial de las aguas de la tierra, así también lo es en la tierra, cuya contracción y jadeo son poderosos y llenos de fuerza. 5. Y cuando llega el momento en que se quiera hacer un canal construido en la parte exterior de su barranco, en cuanto a la contracción que hay dentro de él, la resistencia por la cual se contrae en la parte exterior del barranco es el suelo [6].
(213:3) Hay algunas dudas sobre si la palabra debería leerse zôgakŏ (comp. Pers. zô_gh_, «un río»), o zandakŏ (comp. Pers. zandah, «fisurado»), pero el significado es bastante seguro a partir del contexto. ↩︎
(213:4) Cuando el espíritu maligno se precipitó sobre la tierra, se dice que ésta tembló y las montañas comenzaron a crecer (ver Bd. VIII, 1-5); y se espera que en la resurrección la tierra recupere su estado original perfecto de llanura (ver Bd. XXX, 33). ↩︎
(214:1) Frangrasyan, el Tûryan, en el Avesta; llamado Afrâsiyâb en el Shâhnâmah (véase Bd. XXXI, x4). Se le menciona a menudo como constructor de canales (véase Bd. XX, 17, 34, XXI, 6), pero al ser un conquistador extranjero, los iraníes lo consideraban especialmente malvado. ↩︎
(214:2) Suponiendo que sîtân es una mala escritura de sîpŏân, ocasionada por la unión de dos de las letras, tal como harvispŏ, «todo», a menudo se escribe harvist. ↩︎
(214:3) O, quizás, «oculto». ↩︎
(214:4) Es decir, un curso de agua que está confinado por su cauce rocoso natural en las montañas, cuando es transportado a través de la llanura en un canal, está confinado solamente por un suelo más blando. ↩︎