1. Para preparar de nuevo para su aprobación los demás asuntos, de los cuales has escrito una parte, se prepara de nuevo una epístola [1] con antelación para Sîrkân, Shirâz y otros lugares, para que tu decreto quede como escrito sobre una ofensa pasada. 2. Porque, si tu despacho (primero) preparó este nuevo procedimiento, y no te apartas de él, ni retrocedes por la oposición y la acumulación de vejación, y estos otros también, como tú, [ p. 353 ] no abandonéis ahora esa rutina, entonces vuestros hijos, vuestros propios seres queridos, que son amados—de quienes sé que hacéis que os amen, y no disminuís, además, en vuestra protección de ellos\—serán vuestros acusadores; y abandonarán la confianza en mí como refugio y guardián, y en los seres sagrados, por falta de consejo y falta de tutela. 3. Los fuegos de los fuegos sagrados cuyo administrador es un guardián y protección como yo, para que no no obtengan un sacerdote oficiante (zôtŏ), tendrán que regresar a su morada Shirâz en defensa y tutela de sí mismos. 4. Y yo mismo tendré que retirarme (agvirazîdanŏ) de los países de Irân, y vagar a reinos lejanos donde no oiré un rumor sobre tus malas acciones. 5. En mi ocupación, además, mi fortuna (sukûn) puede ser vagar por agua incluso hasta China, o por tierra incluso hasta Arûm [2]; pero ser llevado por Vâê [3], ese elevador, es mucho más mi deseo que cuando estoy allí donde, debido a ti, oigo eso, en cuanto a la glorificación de los seres sagrados, que, debido a mi respuesta obtenida anteriormente, sería entonces tan como la muerte para mí; sería también el fin de esa lucha interna, tan desagradable (aparvârakŏ) para mí, que es como aquel que tiene que luchar con su propia vida.