1. El sabio preguntó al espíritu de sabiduría (2) así: «¿Por qué no asignan la felicidad [ p. 76 ] de la existencia mundana según su mérito, y hacen que el alma se apodere de las existencias espirituales por su mérito en la acción?»
3. El espíritu de sabiduría respondió (4) así: «Por la compasión de Aûharmazd, el señor, respecto a las criaturas, él reparte toda la felicidad por igual entre los buenos y los malos. 5. Pero cuando no siempre les llega, es debido a la opresión de Aharman y los demonios, y a la extorsión de esos siete planetas [1].
6. «Y hacen que uno [2] se apodere de las existencias espirituales, por méritos de la acción, por esta razón, porque la maldad de cualquiera [3] surge a través de la realización de sus propias acciones.»