1. El decimoquinto tema es este: cuando se ve algo agradable a la vista, es necesario decir «en nombre del ser sagrado». 2. Porque si no se dice «en nombre del ser sagrado», y se produce una lesión en esa [ p. 277 ] cosa, o ocurre un desastre, uno se convierte en pecador; hasta ese punto es notorio (ma’hlûm).