1. El vigésimo tema es este: que a quienes profesan buena religión les corresponde dar continuamente algo a quienes son dignos de comer, debido a lo que dice la revelación [1]: «Cuando das algo a alguien para que coma, todo deber y buena obra que realice en ese estado de saciedad se convierte en la de quien le ha dado ese pan o alimento, al igual que las que ha realizado con sus propias manos». 2. Y si comete un pecado, quien le haya dado alimento es inocente. 3. Pero es necesario que sea de buena religión y digno; solo deben dar algo a alguien de otra religión en caso de extrema necesidad (ʓ̣arûrat), para que no se convierta en pecado.
(282:3) En el Nihâdûm Nask (ver Sls. X, 23, XII, 16). ↩︎