1. El tema trigésimo tercer es este, que, cuando hay un lugar y existe cualquier riesgo o temor de que un cadáver [1] esté oculto bajo tierra, uno debe hacerlo aparente y visible [2], porque es una gran buena obra.
2. Pues se declara en la buena religión que, cuando ocultan un cadáver bajo tierra, Spendârmad [3], el arcángel, se estremece; es tan severo como lo sería una serpiente o un escorpión para cualquiera que duerma en privado [4], y es también lo mismo para la tierra. 3. Cuando haces que un cadáver [ p. 295 ] quede bajo tierra como si fuera visible, liberas la tierra de esa aflicción.