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1. El tema trigésimo noveno es este: que es necesario mantener adecuadamente el fuego sagrado [1] que han establecido en una ciudad o aldea. 2. Y por la noche es necesario encenderlo una vez, y durante el día dos veces.
3. Porque se declara en la revelación que, si no hubiera habido fuego sagrado, nadie habría podido ir de ciudad en ciudad; porque es debido a la gloria del fuego sagrado que nadie en los caminos puede cometer un exceso con nadie más.
4. Es necesario que presenten toda la leña; y, a quien la enciende, le deben dar pan y un salario (nafaqah). 5. Porque, cada vez que ese fuego se sacia y lo mantienen adecuadamente, todo fuego que exista en la tierra de las siete regiones se sacia con esa persona.
(301:1) Literalmente «el fuego de Bahirâm». Compárese con el cap. XCII. ↩︎