1. El tema quincuagésimo primero es este: que es responsabilidad de todos enviar a sus hijos a la escuela y enseñarles algo. 2. Porque todo deber y buena obra que un niño realiza es como si sus padres la hubieran hecho con sus propias manos. 3. Por lo tanto, es necesario esforzarse para que puedan enseñarles algo bueno y para que sean conscientes de las buenas obras y del pecado; pues lo hacen por su propia alma, para que esos niños sean valientes en las buenas obras.
4 [1]. Si no se les enseña, entonces cumplen menos deberes y buenas obras, y menos llega a las almas del padre y la madre. 5. Y también sucede que si no llevan a los niños a la escuela, ni les enseñan nada, y se atreven a cometer pecados, ese pecado [2] se fija en el cuello del padre y la madre.
6. Por lo tanto, han decidido correctamente quién [3] les enseña [ p. 314 ] algo, especialmente qué es apropiado e inapropiado según la revelación; porque el principio fundamental es este: si, por el deber de este mundo, se obtendrá un resultado bueno o malo en el más allá.