1. El tema quincuagésimo tercer es que, en tiempos pasados, cuando alguien deseaba emprender un viaje (safar) de al menos [1] doce leguas (parasang), consagraba [2] un pastel sagrado, para que no le ocurriera ninguna aflicción en el viaje, y los asuntos se desarrollaran según sus deseos y sus ocupaciones fueran [3] alegres. 2. Y sigue siendo responsabilidad de todos, cuando deseen emprender un viaje, consagrar este pastel sagrado.
3. Y, mientras la persona esté de viaje, deberá ordenar la consagración de este pastel sagrado, en su casa, cada día de Bahirâm [4], para que esa persona pueda llegar sana y salva (salâmat) a su casa. 4. [ p. 316 ] La fórmula dedicatoria es esta: Amahê hutâstahê [5]—y la conoce el propio sacerdote.