1. El quincuagésimo noveno tema es este: en la buena y pura religión de los adoradores de Mazda, no se les ha ordenado a las mujeres que realicen los Nyâyises [1]. 2. Y [2] sus Nyâyises son estos: tres veces al día, al amanecer, al mediodía [3] y a la hora de la noche, se ponen de pie en presencia de sus maridos, se cruzan de brazos y dicen así: «¿Qué piensas para que yo pueda pensarlo? ¿Qué te hace falta para que yo pueda expresarlo? ¿Y qué te hace falta para que yo pueda hacerlo?»
3. Pues, cualquier mandato, y cualquier orden del esposo [ p. 321 ], es necesario salir ese día. 4. Y, ciertamente, sin el permiso (riʓ̣â) del esposo, ella no debe realizar ningún trabajo, para que el Señor se complazca con esa esposa. 5. Pues la satisfacción del ser sagrado reside en la reverencia (yast) por [4] la satisfacción del esposo; de modo que cada vez que realizan un trabajo por orden del esposo, las llaman justas en la religión; y si no, ¿cómo las llaman?