1. El tema sesenta y uno es este: que es necesario abstenerse estrictamente de decir falsedades; de modo que, cada vez que la humanidad se entrega a decir falsedades con cariño [1], no es apropiado hacerlo; y [2] la falsedad es el principal [3] de todos los pecados.
2. Zaratust le preguntó a Hôrmazd así: «¿A quién se parece un mentiroso?» 3. Hôrmazd, el bueno y propicio, dijo: «Un mentiroso es un colaborador de Aharman».
4. En la revelación se dice que no hay más allá (â’hirat) para quienes hablan falsedades, y que entre la humanidad son despreciables ('haqîr). 5. Si tal hombre es poderoso (mu’htasim), y no hay forma de evitarlo ('haDHar) en la vecindad [ p. 323 ] de la humanidad, no le tienen ningún respeto, y es claramente (farʓ̣âm) un mentiroso malvado. 6. Aunque posea mucha riqueza, toda se le escapará de las manos y, finalmente ('hâqibat), tendrá que mendigar a la humanidad, y su descendencia también se verá reducida [4].
(322:2) Lp omite estas catorce palabras. ↩︎
(322:3) B20 omite estas veinte palabras. ↩︎
(322:4) Este parece haber sido el significado pretendido, a juzgar por § 2-6; de lo contrario podría traducirse como «fin» o «resultado», especialmente porque el escritor ha caracterizado otros pecados como «los principales» (véanse los Caps. IX, 2, XXV, 8). ↩︎
(323:1) Lp omite estas seis palabras. ↩︎