1. El tema sesenta y dos es que es necesario comenzar pronto a decir la verdad y a hacer justicia, y mantenerse en ello, pues nada hay mejor entre la humanidad que la verdad.
2. Gracias a la verdad, Hôrmazd creó este mundo y ese otro mundo, y la verdad ha permanecido en su lugar, y gracias a ella se purifica. 3. Y el maldito Aharman, al estar desprovisto de todo bien, no surge de lo que se debe a la verdad. 4. Es necesario que la resurrección se produzca gracias a la verdad; y, en cuanto a cada lugar donde la verdad no se acepta, la gloria en ese lugar ha encontrado una salida, y en cuanto a cada hogar donde reside mucho de esto, es gracias a la verdad, y Aharman no encuentra la manera de entrar en ese lugar.
5. Se dice en la revelación que un hombre veraz es mejor que todo un mundo ('hâlam) que habla falsedades; y Gâvah de Ispahân [1] —cuando se mantuvo firme en la verdad y pronunció palabras veraces hasta el momento en que Dahâk [2], quien poseía [ p. 324 ] todo el reino, y todos los demonios y la humanidad le temían, por la veracidad de sus palabras— fue valiente con ellos en cada discurso y los venció (mu_th_affar) gracias a la verdad de sus palabras.
6. El maldito Aharman, cuando percibió el espíritu de la verdad, había caído inconsciente durante tres mil años [3]. 7. Por temor a la verdad, nunca logró mantener la cabeza erguida, y por temor a la verdad no logró venir a este mundo [4]. 8. Y todo aquello en lo que has fijado tu mirada (na_th_ar) y que ha permanecido inmóvil al volver a examinarlo, ha permanecido en la verdad. 9. Y la interpretación del Ashen-vohû [5] es verdadera, y por esa razón, recitan el Ashem-vohû con frecuencia.
(323:2) B29 añade «era herrero». Su rebelión contra Dahâk se detalla en el Shâhnâmah. ↩︎
(323:3) Véase Mkh. VIII, 29 n. ↩︎
(324:1) Véase Bd. I, 22. El espíritu de la verdad era su opuesto, el spentô mainyus o «espíritu generoso» de Hôrmazd. ↩︎
(324:2) Véase Bd. III, 1-5. ↩︎
(324:3) Véase Cap. VII, 1 n. ↩︎