1. El séptimo tema es este: cuando alguien estornuda ('hatsat), es necesario recitar un Yathâ-ahû-vairyô [1] y un Ashem-vohû [2]. 2. Porque hay un demonio en nuestros cuerpos, y es un adversario conectado con la humanidad, que se esfuerza para que la desgracia ('hillat) y la enfermedad predominen (mustaûlî) sobre la humanidad. 3 Y en nuestros cuerpos hay un fuego que llaman disposición —en árabe dicen tabî’hat— y lo llaman instinto del estornudo (_gh_arîzî). 4. Está conectado con ese demonio, y libran una guerra, y lo mantiene alejado del cuerpo del hombre. 5. Entonces, cuando el fuego triunfa sobre [ p. 266 ] ese demonio, y lo pone en fuga (hazîmat), se produce un estornudo porque ese demonio sale.
6. Después, por ser necesario, recitan estas oraciones internas [3] y realizan la bendición (âfrîn) del fuego, para que permanezca por un largo período mientras mantienes [4] a este demonio derrotado. 7. Cuando otra persona oye el estornudo, es igualmente necesario que pronuncie dichas oraciones y realice la bendición de ese espíritu [5].
(265:3) Véase Mc. XXVII, No. 70, Sal. XII, 32. ↩︎
(265:4) Una fórmula de alabanza de la justicia, que comienza con estas dos palabras del Avesta, y que se utiliza constantemente (véase Bd. XX, 2). ↩︎
(266:1) Las fórmulas se murmuran como un hechizo. ↩︎
(266:2) B29 tiene «está haciendo». ↩︎
(266:3) En algunas partes de Europa todavía es costumbre invocar una bendición, mediante alguna fórmula, al oír un estornudo. ↩︎