1. El noveno tema es este: es necesario practicar la abstinencia de cometer o permitir relaciones sexuales antinaturales [1]. 2. Porque este es el mayor de todos los pecados en la religión: no hay pecado peor que este en la buena religión, y es apropiado llamar a quienes lo cometen dignos de muerte en realidad.
3. Si alguien se acerca a ellos y los ve en el acto, y está trabajando con un hacha [2], está obligado a cortarles la cabeza o desgarrarles el vientre a ambos, y no es pecado. 4. Pero no es apropiado matar a nadie sin la autorización de los sumos sacerdotes y reyes, excepto por haber cometido o permitido relaciones sexuales contra natura.
5. Porque dice en la revelación que las relaciones sexuales antinaturales están a la par con Aharman, con Afrâsiyâb [3], con Dahâk [4], con Tûr-i Brâdar-vakhṣh [5] que mató a [ p. 268 ] Zaratust, con Malkôs [6] que surgirá, con la serpiente Sruvar que existía en los días de Sâm Narîmân [7], y tantos pecados como los suyos. 6. Y Aharman, el maligno, se vuelve más alegre, debido a esta práctica, que debido a los otros pecados que han hecho necesarios a los sumos sacerdotes [^8]; porque el alma misma de esa persona se extingue.
7. Y cuando cometen el pecado con las mujeres, es exactamente lo mismo que con los hombres.
(267:3) _Gh_ulâmbâragî u mûâgarî. ↩︎
(267:4) B29, J15 tienen «echa un vistazo», y J15 agrega «matará entonces». ↩︎
(267:5) Véase Mkh. VIII, 29 n. ↩︎
(267:6) Uno de los cinco hermanos de la tribu Karap (ver Byt. II, 3, Dd. LXXII, 8). ↩︎
(268:1) Véase Mkh. XXVII, 28 n. ↩︎
(268:2) Sâma y Naremanau son dos títulos del héroe Keresâspa, quien mató a la serpiente Srvara (véase SBE, vol. XVIII, págs. 369-371). En el Shâhnâmah se le llama Sâm, hijo de Narîmân. ↩︎
(268:3) J15 tiene «que los sumos sacerdotes han hecho manifiesto.» ↩︎