1. El tema nonagésimo primero es éste, es decir: ¿de qué modo es necesario lavar todo lo que se contamina con materia muerta?
2. El oro debe lavarse una vez con ablución ceremonial [1] para secarlo una vez con polvo y lavarlo una vez con agua. 3. La plata (nuqrah) debe lavarse dos veces; los artículos de cobre, estaño, plomo y latón, tres veces; el acero, cuatro veces; los artículos de piedra, seis veces; la turquesa, el rubí (yâqût), el ámbar, el carbunclo, la cornalina ('haqîq) y, al igual que estos, todo lo que provenga de una mina (ma’hdan) deben lavarse seis veces de la manera que he indicado. 4. Después, quedan limpios de esa manera, cuando cada vez que se los lava con ablución ceremonial, se hace [ p. 355 ] los seca con polvo, y lo lava [2]; y lo mismo en las otras ocasiones—hasta tres veces, o cuatro, o seis—según lo que se le ordene.
5. Para las perlas se ordenan dos modos [3], pero la conclusión es esta: deben lavarse seis veces, al igual que los objetos de piedra. 6. Toda la vajilla de madera y barro debe desecharse. 7. Toda la ropa debe lavarse seis veces, como ya he indicado, y, después, colocarse en un lugar donde les dé la luz del sol y la luna durante seis meses [4]; después, son aptas para la mujer menstruante.