1. El nonagésimo cuarto punto es este: cuando una persona otorga un beneficio o una bondad a alguien, es necesario que este comprenda su valor y se imponga la obligación (minnat); y, si puede, debe proporcionar un beneficio por esa cantidad (miqdâr) a esa persona.
2. Se declara en la revelación que, cuando alguien otorga un beneficio a alguien, Hôrmazd [1] le otorga diez veces más, como equivalente. 3. Y si el otro no comprende [2] la justicia de esto, el comentario del Avesta relata de esta manera que es un gran pecado para él. 4. Y Aharman [3] habla así: «Ese pecador es afín a mí; al final caerá en mis manos; no lo entregaré a ningún demonio, sino que lo castigaré con mis propias manos». 5. Y el sumo sacerdote [4] dice que es necesario que todos los zaratucianos se mantengan alejados de este pecado.