Bakŏ Nask.
1. El decimosexto fargard, Spentâ-mainyû [1], es que la religión reside en quien es sabio o se vuelve oyente de los sabios. 2. Esto también, que las acciones de completa atención plena son practicadas [2] y enseñadas por quien se vuelve completamente consciente. 3. Esto también, que quienquiera que realice abiertamente buenas obras se convierte en un sustentador de buenas obras.
4. Esto también, que el espíritu de paternidad se aloja en quien nutre a las criaturas con propiedad [3]. 5. Esto también, que se da pasto [4] al ganado, lo enseña quien cuida del ganado, porque darles pasto con cuidado es ventajoso.
6. Esto también: que todo lo que para su bien se convierte en beneficio para quien es bueno [5] —a través de [ p. 371 ] lo que le ha llegado— es todo beneficio que le ocurre a quien es bueno; todo para su bien, todo beneficio se otorga a todo uno bueno por semejanza de raza, especie y naturaleza, y todo beneficio se otorga con la máxima generosidad posible.
7. Esto también, que quien justamente impone sentencia y juicio, según la declaración relativa a alguien absuelto o condenado [6], se vuelve digno de elogio; precisamente por esta razón, porque el origen del juicio es el ritual de la ordalía. 8. Y esto también, que quien da al sabio lo que necesita, crea una inmensa [7] y sólida base para el aprendizaje, y el conocimiento en el mundo se incrementa.
9. La excelencia perfecta es la justicia.