1. Sobre las pruebas (aûzmâyisnŏ) que le ocurrieron [ p. 145 ] a aquel cuya práctica era lícita, y las señales de profecía que se ven en ellas, se declara así: «Otro día, cuando nació el niño, Pôrûshaspô llamó a uno de esos cinco hermanos de la raza de Karaps y le dijo: «Observa atentamente las marcas y manchas de mi hijo Zaratûst».»
2. El Karap fue y se sentó ante Zaratûst, y entonces le torció severamente la cabeza a Zaratûst, para matarlo; pero él, sin miedo, observaba a los magos cuyo terror era angustioso [1]. 3. Como fue en esas diez noches de hospitalidad, Aûharmazd envió a Spendarmad, Arêdvisûr y Ardâî-fravard [2] a la tierra, a modo de cuidado femenino;_ entonces no ocurrió ninguna variación en el niño, y, además, la mano de ese Karap se marchitó [3], y ese mago exigió la vida [4] de Zaratûst a Pôrûshaspô por el daño que le había causado, que surgió sobre él mismo_ por su propia acción.
4. Al mismo tiempo, Pôrûshaspô tomó a Zaratûst y se lo entregó al Karap para que hiciera con él a su antojo. 5. Lo agarró y lo arrojó a los pies de los bueyes que iban por un sendero hacia el agua; el líder de la manada se detuvo cerca de él, y 150 bueyes que caminaban detrás se mantuvieron alejados de él; y Pôrûshaspô lo tomó y lo llevó de vuelta a la casa [5].
6. También el segundo día, el Karap lo arrojó a los pies [ p. 146 ] de los caballos; y el líder de los caballos se detuvo cerca de Zaratûst, y 150 caballos, que marchaban detrás, se mantuvieron alejados de él; y Pôrûshaspô lo tomó y lo llevó de vuelta a la casa [6].
7. También al tercer día, el Karap junta leña y deposita sobre ella a Zaratûst, aviva el fuego, pero con el mismo resultado (ham-bûn-ik), el niño no se quema, y las marcas que existían y que se le hicieron fueron una protección contra él [7].
8. Y al cuarto día, el Karap lo arrojó a la guarida (âshyânakŏ) de un lobo; el lobo no estaba en la guarida, y cuando quiso regresar a la guarida (sûrâkŏ), se detuvo al encontrarse frente a un resplandor, a la manera de una madre, en el lugar donde estaba su cachorro. 9. Por la noche, Vohûmanô y Srôsh, los justos, trajeron una oveja lanuda (kûrûsakŏ) con la ubre llena de leche a la guarida, y esta le dio leche a Zaratûst, en sorbos digeribles (guvârakŏ guvârakŏ), hasta el amanecer [8].
10. Al amanecer, la madre de Zaratûst fue a ese lugar, esperando que fuera necesario sacar un esqueleto de la madriguera, y la oveja lanuda salió y huyó. Su madre supuso que era el lobo, y le dijo así: «Has devorado hasta saciarte; ¡que puedas aguantar eternamente sin él!». 11. Siguió adelante, y cuando vio a Zaratûst completamente a salvo, lo levantó y le dijo así: «No te entregaré a nadie durante mi vida, ni aunque las provincias de Râgh y Nôdar lleguen aquí juntas [9].» [ p. 147 ] 12. Porque estos príncipes estaban entre los espirituales de dos provincias que están en Âtûr-pâdakân, como las que están a sesenta leguas (parasang) de Kîst: Zaratûst surgió de Râgh, y Vistâsp de Nôdar. 13. Y de estas dos provincias, Râgh era según el nombre de Êrikŏ, hijo de Dûrêsrôbô, hijo de Mânûskîhar [10], de quien surgió la raza de Zaratûst: y Nôdar era según el nombre de Nôdar, hijo de Mânûskîhar, de quien surgió la raza de Vistâsp.
(145:1) Suponiendo que vôshig significa vêshîg = bêshig. ↩︎
(145:2) Los tres espíritus femeninos que representan la tierra, el agua pura y los espíritus guardianes, respectivamente. ↩︎
(145:3) Comparar Dk. VII, 4-7. ↩︎
(145:4) Suponiendo que el manuscrito dênô significa gân. ↩︎
(145:5) Comparar Dk. VII, 12. ↩︎
(146:1) Compárese Dk. VII, iii, 13, 14. ↩︎
(146:2) Ibíd. 9, 10. ↩︎
(146:3) Ibíd. 15-17; V, ii, ↩︎
(146:4) Ibíd. 18, 19. ↩︎
(147:1) Comparar cap. XIII, 6; Dk. VII, ii, 70. ↩︎