1. Sobre su diversa falta de participación (gvîd akhvêsîh) con sus padres también se declara que los demonios, en una asamblea de magos, produjeron un clamor para una conferencia (ham-vâkô lâyisnŏ) así: «Ese hijo de Pôrûshaspô es insensato y tonto y secretamente corrompido; nadie, hombre o mujer, lo considerará o aceptará como exaltado.»
2. La noticia llegó a Pôrûshaspô, y Pôrûshaspô le habló a Zaratûst así: «Pensé que había engendrado un hijo que se convertiría en sacerdote, guerrero y labrador, y ahora tú [ p. 149 ] serías un necio y te corromperías en secreto; deberías acudir a los Karaps para que te curen».
3. Zaratûst respondió así: «Yo soy tu hijo, sacerdote, guerrero y labrador». 4. Y, por orden de Pôrûshaspô, enganchó dos caballos a un carro (vardînŏ) y se fue con Pôrûshaspô.
5. Cuando llegaron al lugar según la decisión de Pôrûshaspô, en presencia de un Karap de los cinco hermanos, el mago tomó una copa, preparó agua y dijo: «Que beba esto quien sea hijo tuyo, para que sane». Y actuó con la convicción de que así se transformaría en la misma naturaleza que ellos.
6. Zaratûst le habló a Pôrûshaspô así: «Puedes devolvérselo a quien es tu protector y sumo sacerdote»; y él se levantó (âkhêgîd) [1] y regresó a su lugar.
7. En el camino, Zaratustra dio de beber a sus dos caballos, a causa de su sed; y pensó: «No me fue provechoso ir a la residencia de los Karaps, salvo de esta manera, pues, al dar de beber a los caballos, mi alma se expandió».
(149:1) T ha «saludado (nîyâîd).» Esta leyenda aún no se ha encontrado en otro lugar. ↩︎