Jesús habló, leyó y escribió con fluidez en arameo, griego y hebreo. [1]
En los tiempos de Jesús, tres idiomas prevalecían en Palestina: la gente común hablaba un dialecto del arameo, los sacerdotes y los rabinos hablaban el hebreo, las clases instruidas y las capas altas de la población judía hablaban en general el griego. [2]