En ningún lugar donde Jesús había enseñado había encontrado un rechazo tan general de su mensaje como en la ciudad de Corazín. [1]
De ahí las palabras de Jesús: «¡Ay de los habitantes que rechazan la luz en Corazín, Betsaida-Julias y Cafarnaúm, esas ciudades que no han recibido bien a estos mensajeros!». [2]
Véase también: LU 138:9.3; LU 152:7.3.