Una ataque sorpresa de gibones mató a los padres de Andón y Fonta, los padres de la humanidad. [1]
Los lémures primitivos implicados en la ascendencia de la especie humana no estaban directamente emparentados con las tribus preexistentes de gibones y monos que vivían entonces en Eurasia y África del norte, y cuya progenie ha sobrevivido hasta la actualidad. [2]