Jesús declaró que una verdadera familia está fundada en los siete hechos siguientes: [1]
No deberíamos llamar padre a ningún hombre en sentido espiritual. [2] Los niños necesitan a su padre tanto como a su madre, y los padres necesitan esta experiencia parental tanto como las madres. [3]
El niño debe obtener, de los cuidados de su madre, sus primeras impresiones sobre el universo; depende totalmente de su padre terrenal para sus primeras ideas sobre el Padre celestial. [4] Los discípulos deben amar el evangelio más que a su padre o su madre. [5] Las razas más primitivas daban poco crédito al padre, pues consideraban que el niño provenía enteramente de la madre. [6] Convertirse en el sostén y consuelo de una familia es asumir unas responsabilidades altamente educativas y disciplinarias. [7] Se tiene la intención de que los mortales que salen de un mundo habitado tengan la experiencia de reconocer a siete padres: [8]
Los padres no son como los jueces, los enemigos o los acreedores. Las familias verdaderas están construidas sobre la tolerancia, la paciencia y el perdón. [9]