Las Sierras se formaron durante una etapa moderna de la historia geológica en la que se formaron montañas, con estratos de cuarzo auríferos como producto de los flujos de lava de esta época. [1]
La presión y el plegamiento transformaron la arenisca en cuarzo, la pizarra en esquisto y la caliza en mármol, alterando el carácter original de los depósitos. [2]