Oraciones helenísticas sinagogales — Oración 2 | Índice | Oraciones helenísticas sinagogales — Oración 4 |
1 (l) Bendito seas, oh Señor, Rey de los siglos,
quien por medio de Cristo hizo todo,
y por medio de él al principio ordenó lo que no estaba preparado;
2 que separó las aguas de las aguas con el firmamento,
y pon un espíritu animado en estos;
3 que colonizó la tierra (firmemente),
y extendió el cielo,
y ordenó la disposición exacta de cada una de las criaturas.
4 (2) Porque por tu concepción, oh Maestro, el orden ha brillado de alegría;
5 mientras que el cielo, inclinado como una bóveda, está adornado de estrellas,
por motivos de aliento (en medio de) la oscuridad;
6 mientras la luz y el sol, por días y (por) frutos, nacían;
7 mientras que la luna, para el cambio de estaciones, aumentaba y disminuía,
y la noche fue nombrada, y el día fue amablemente abordado;
8 mientras un firmamento se mostraba en medio de los abismos,
y dijiste que se juntaran las aguas,
y que aparezca la tierra seca;
9 (3) mientras que el mar mismo—¿cómo lo describiremos en su totalidad?—
que viene furioso de (los) océanos,
Sin embargo, huye de la arena, siendo impedido por tu orden.
10 Porque dijiste,
Por él se romperán sus olas.
11 Mientras que para los seres vivientes, para los pequeños y para los grandes,
y para el viaje de las naves lo hiciste.
12 (4) Entonces la tierra se volvió verde, cubierta de toda clase de flores,
y con un bordado de diferentes árboles.
13 Y (las) luminarias resplandecientes son los nutrientes de estos,
manteniendo sin traspasar el largo camino,
no desviarse en modo alguno de su ordenanza;
14 pero dondequiera que mandes,
en este (lugar) se levantan y se ponen,
para signos de estaciones y años,
alternando para ayudar a la humanidad.
15 (5) A partir de entonces se prepararon razas de diferentes seres vivientes:
los que se encuentran en tierra firme,
los que viven en el agua,
los que atraviesan el aire,
(y) anfibios.
16 Y por la hábil Sabiduría de tu previsión
se da a cada uno la providencia adecuada.
17 Porque así como ella no se cansó de engendrar diferentes razas,
tampoco ha dejado de hacer para cada uno una providencia diferente.
18 (6) Y el objetivo del trabajo creativo:
la criatura viviente racional, el ciudadano del mundo—
19 habiendo dado orden con tu Sabiduría, creaste, diciendo:
Hagamos al hombre conforme a nuestra imagen y semejanza;
20 habiéndolo declarado un (micro)cosmos del cosmos,
habiéndole formado el cuerpo con los cuatro elementos;
21 y habiéndole preparado el alma desde el no ser,
y habiéndole dado quíntuple percepción,
y habiendo puesto sobre las percepciones una mente, la poseedora de las riendas del Alma.
22 (7) Y además de todas estas cosas, oh Maestro, Señor,
¿Quién puede describir dignamente el movimiento de las nubes productoras de lluvia?
el resplandor de los relámpagos, el estrépito de los truenos;
23 para el suministro de una alimentación adecuada,
¿Y la mezcla de atmósferas complejas?
24 (8) Pero cuando el hombre fue desobediente,
Le quitaste su merecida vida.
25 No lo hiciste desaparecer del todo, pero por un tiempo,
26 habiéndolo puesto a dormir un ratito,
por un juramento lo has llamado a un nuevo nacimiento.
27 Has perdido el límite de la muerte,
¡Tú que eres el Hacedor de la vida de los muertos, por Jesucristo, nuestra esperanza!